EN OBSERVACIÓN
Ferraz 70, lugar de Memoria Democrática
Como la Real Casa de Correos, pero en progresista, verde y feminista
Matrix y Tetris de Pedro Sánchez
El caballo Pegasus y la burra analógica
ERA sábado, se había cogido el fin de semana entero y dejó dicho que no la molestaran. Debía de ser algo medianamente urgente. El alcalde. Otra vez el alcalde. Estaría aburrido. «A ver, dime, José Luis». «¿Te pillo mal?». «Estoy por Guadalajara, viendo plantas, por ... si doy con la enredadera esa que te dije, para cuando Bolaños me ponga la placa en Correos, que la tape en dos semanas y a tomar por culo la bicicleta; una se cansa ya de tanta tontería y tanto recurso. Verás tú la placa de Franco dónde va a acabar«. »Pues fíjate qué casualidad, que te llamaba yo más o menos por lo mismo«. »Estoy con Page, sabes tú que hay confianza, que se ha pasado por gusto de saludar; lo pongo en manos libres, que acabo de ver una hiedra, espera, no vayas a colgar«. »No te distraigo, que sé que te urge lo de la planta. Hola, Emiliano«. »Buenas, alcalde, ¿cómo va la señora con el embarazo?«. »¿Pero qué cojones querías José Luis?«. »La placa, lo de la placa«. »Que la tapo yo con una planta te he dicho, que para eso estoy en Alovera«. »La placa de Ferraz, Isabel, que les voy a poner en la puerta a los socialistas una placa de esas municipales que se van a cagar la pata abajo«. A la presidenta se le rizaron los bigotes. Y a Emiliano, en confianza.
Al alcalde se le había ocurrido meterle a la sede socialista de Ferraz el nivel 3 de protección para garantizar la conservación de la fachada y legarla, intacta, a las generaciones venideras. Como Velintonia. Generación del 25. La idea –dijo Almeida– es que no les dé tiempo a cambiar nada. Lo iba a hacer por el trámite de urgencia, con lectura única y a través de un pleno extraordinario. «El martes de madrugada los cojo desprevenidos y les coloco la placa. No van a poder tocar nada de la fachada: ni el cartel del escaparate con la cara de Pedro Sánchez, que se va a quedar ahí hasta que san Juan baje el dedo, ni el eslogan de 'España responde', que hay que tenerlos muy gordos y muy cuadrados para poner eso. Se van a quedar como si les hubiera dado un aire. Y espérate a que más adelante no le metamos un nivel 1 de protección, integral y volumétrica, y pongamos dentro el Peugeot y la cazadora de Sánchez. Y no descartes una cosa inmersiva, con urnas entre mamparas, audios de Koldo, neones puteros, lamentos de Chiqui y un cartel de 'Teruel existe'. Estos no se han enterado todavía de lo que es la memoria democrática». Isabel se relamía. Y Emiliano, en confianza.
A la media hora ya tenían en Moncloa el informe de los fontaneros, con la transcripción de la llamada del vivero. «Inútiles, anormales, payasos», gritaba Sánchez. «Fue Santos. Tú lo pusiste ahí». Bolaños no sabía dónde meterse. Que aquello de Ferraz no era la sede de un partido, sino la subsede del sanchismo, era de dominio público, pero mira que poner una foto de Sánchez a todo lo que daba la ventana, y para más inri lo del lema 'España responde'. «Era una coña de Santos, que decía que aquí no responde nadie, y que los muy imbéciles nos van a votar igual, hagamos lo que hagamos. Yo tardé en cogerlo, pero hay que reconocer que el hijoputa tenía gracia cuando quería». 'España responde' y Sánchez en plano corto, para los restos. Qué mejor recordatorio de lo que fueron y significaron unas siglas desde que la banda de los cuatro alunizó su 407 en la 'flagship store' del PSOE. Que no toquen nada. Que lo dejen todo como está.
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