La facecia

–El presidente está en contacto permanente con la OTAN –repetían los loros públicos a una población a oscuras.

¿OTAN? A Franco le gustaba que se le contaran epigramas y facecias de la calle. «¿Sabe, mi general, uno de los cuentecillos que andan por ahí?», fue la facecia de Pemán, único director de la Academia destituido por la política. Eisenhower reúne a las cabezas militares de Europa para revisar las previsiones bélicas. «Si Rusia cayera sobre nosotros, ¿qué tiempo considera usted que tardarían en atravesar todo el país? Adenauer contestó por Alemania: «Apenas una semana, estamos desarmados». De Gaulle dice: «Francia, unos veinte días apenas, estamos reponiéndonos». Badoglio: «Italia apenas podría retrasar su invasión desde Génova a Sicilia, una semana». Bélgica, horas. «Y le toca el turno a España. Franco dice: ''Yo creo que tardarían unos cinco a seis meses de Irún a Gibraltar''. Se extraña Ike: ''¿De dónde saca usted ese optimismo? ¿Con qué cuenta usted, mi general Franco?''. ''Mi general Eisenhower, cuento con la Renfe''…».

–Rio de buena gana…

Como reímos todos cuando, a la hora de las pipas, el cotorreo atribuía el apagón a Putin, «socio» de Puigdemont, «socio», a su vez, de Sánchez, que comparte con Camba su concepción del Estado como Central Eléctrica, donde todos los malotes jalan cable pelado, como los machotes de la plaza mejicana de Garibaldi, para enchufar a sus hijillos. Contra las divisiones de Putin, la Red Eléctrica de Bea Corredor. Nuestros liberalios, desde luego, son como los liberalios rusos vistos por Dostoyevski: «Nuestro liberal es ante todo un lacayo que parece estar buscando a alguien para limpiarle los zapatos».

–¿Por qué –dice Trofímovich en 'Los demonios'– estos socialistas y comunistas tan desesperados son avaros increíbles, acaparadores, capitalistas, y cuanto más socialista es uno de ellos, cuanto más avanzadas son sus ideas, tanto más apegado es a la propiedad privada? ¿También por sentimentalismo?

Vivir en España es hoy vivir en la jaula de los cobayas de la UE, esa URSS de Hacendado: «El Soviet numeró a las espigas e hizo del campo, del paisaje, una industria… Lenin murió con el dibujo de una central eléctrica que había trazado unas horas antes. Su lema era 'electrificar'. Su héroe iba a ser el electricista, sin raíz, sin paisaje, sin cementerio.» Foxá, 1950.