Sólida confianza en la Princesa

La encuesta, preparada por GAD3 para ABC, demuestra, además, una escasísima diferencia por segmentación por sexos. De hecho, el porcentaje que prevé el reinado de doña Leonor es mayor entre las mujeres, alcanzando un 74 por ciento, frente al 71 por ciento entre los hombres, lo que parece mostrar un marcado nivel de aceptación entre la población femenina, ya que estas previsiones expresan de forma inequívoca un grado de deseo. Los datos sí arrojan un cierto sesgo ideológico en favor de un pulso más monárquico en la derecha, aunque la perspectiva de que la Princesa de Asturias reine es también mayoritaria en la izquierda, con un 65 por ciento, frente a un 86 por ciento entre quienes se declaran de derechas. La encuesta establece, además, una alta tasa de conformidad con la formación recibida por la Heredera. Es más, un 76 por ciento de los españoles consideran positivo que la Princesa reciba formación militar, un dato que ha crecido de forma significativa en los últimos tres años.

El conjunto de los datos que hoy publica ABC expresa la notable aceptación de la que se ha hecho merecedora Doña Leonor. En el momento en el que se cumplen diez años del reinado de su padre, y en el año en el que la Princesa ha alcanzado la mayoría de edad, han sido varios los momentos en los que la primogénita de Felipe VI ha comenzado a exhibir una profunda personalidad que le ha granjeado un notable aprecio por parte de la ciudadanía. El inicio de su formación militar, su actitud en la jura de la Constitución, sus cada vez más frecuentes discursos y la incipiente agenda autónoma están permitiendo a los españoles conocer el talante de la futura reina. Del mismo modo que el rey Felipe actualizó desde joven la proyección de la monarquía, la Princesa de Asturias ha sabido conectar de forma natural con una ciudadanía que mayoritariamente se reconoce no sólo en el presente de la monarquía, sino también en su futuro.

La instrucción recibida y el reconocible legado heredado tanto de su padre como de su madre han forjado el carácter de Doña Leonor, una joven que encarna la continuidad de la institución, pero que, sobre todo, representa una manera de ejercer su responsabilidad compatible con las nuevas exigencias de su generación. Por más que se hayan planificado con esfuerzo y detalle los hitos formativos de la Princesa, caben pocas dudas de que hay una cuota de espontaneidad que responde a un mérito estrictamente propio. No cabe duda de que serán muchos los desafíos que deberá enfrentar incluso antes de llegar a reinar; lo que parece claro, a la luz de la encuesta que hoy publica GAD3, es que la expectativa de los españoles demuestra una creciente confianza en quien reinará con el nombre de Leonor I.