Editorial
Lengua y acentos políticos
El CILE de Cádiz pasará a la historia por la injerencia de Exteriores, una instrumentalización política que tendrá réplica en próximas convocatorias al otro lado del Atlántico
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa clausura del IX Congreso de la Lengua Española (CILE), celebrado en Cádiz, arroja un balance que no podemos valorar a la ligera. La muestra de vitalidad y pujanza del español en el mundo –que es fundamental y no depende de los poderes públicos, afortunadamente– ... ha quedado fuera de toda duda. Una lengua global compartida por 580 millones de hablantes que se impone en la música y crece en internet es un valor esencial que deberíamos gestionar adecuadamente. ¿Lo hacemos? Surgen dudas al respecto. Cualquier paso en la buena dirección debe partir de la experiencia de 150 años de la Real Academia Española con las Academias Americanas asociadas hoy en Asale, que supone –aunque no siempre se valore– la más importante operación de diplomacia cultural de nuestra historia. Y también debe sopesar los más de treinta años de trabajo del Instituto Cervantes, creado en 1991 con objetivos bien marcados: promover universalmente la enseñanza, del español y contribuir a la difusión de las culturas hispánicas en el exterior. Si ambas instituciones han logrado avances fue precisamente por la autonomía con la que se percibía su acción respecto a los gobiernos sucesivos. Esa independencia hoy está en peligro.
Tenemos un problema que no se limita a la lengua, pero que ha quedado de manifiesto en este CILE: la invasión política del Gobierno de todos los ámbitos en los que detecta una oportunidad para imponer sus mensajes y su agenda. El CILE de Cádiz pasará a la historia por la injerencia directa del Ministerio de Exteriores, con ponencias de tres ministros y varios altos cargos en el programa de actos, una instrumentalización política que seguramente tendrá réplica en próximas convocatorias al otro lado del Atlántico. El destrozo que ello representa para el delicado entramado de afinidades tejido durante décadas aún no se percibe en toda su dimensión y permite que señalemos la torpeza de este adanismo irresponsable, movido por la ideología y el sectarismo que lo sustentan desde el Ejecutivo.
También hemos asistido a la pérdida de la neutralidad institucional del Cervantes, cuyo director, Luis García Montero, no solo se ha convertido en exponente del peor 'alfombrismo' de la coalición que nos gobierna en sus artículos periodísticos y sus intervenciones en el Congreso, sino que ha llegado a incluir libros suyos en la documentación que recibían los ponentes. No puede justificarse fácilmente el triunfalismo si sólo 6.000 hablantes (del total de 580 millones) se conectaron en directo al evento. Este CILE no ha sido el mejor de la historia.
Entre lo bueno, las temáticas del mestizaje y la inteligencia artificial, que se convirtieron en puntos principales de discusión: es esencial que quienes diseñan y financian las políticas del español global lo hagan respetando el espacio de trabajo conjunto y las estrategias que han demostrado ya su éxito. Los imperativos tecnológicos (el uso del español por las máquinas) o los desvaríos atávicos (los recientes llamamientos a purezas ideológicas, lingüísticas o raciales que ponen en peligro el mestizaje) son los más importantes desafíos de nuestro idioma hoy. Los diccionarios panhispánicos de las Academias que respetan la diversidad, o el modo en el que crearon las bases de datos idiomáticas y el proyecto LEIA, presentado en 2019, deberían tener un reconocimiento mayor, porque convierten el español en el lugar de todos, como defendió el Rey en su discurso inaugural. Iniciativas sin el respaldo de esa neutralidad institucional, tan frágil, tan democrática, o políticas para el español que partan de la agenda unilateral de un país, una ideología o una institución que se cree dueña de la verdad están condenadas al fracaso.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete