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ANTIUTOPÍAS

En agosto nos vemos

Luchando contra la desmemoria, García Márquez escribió cinco versiones de la novela

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Carlos Granés

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García Márquez nunca fue de retos fáciles, ni siquiera cuando escribía cuentos o novelas cortas. Para hacer lo que él hacía debía estar en forma, tener la mano caliente –como le gustaba decir–, la imaginación al rojo vivo y muy bien calibrado ese don innato ... y mágico que le permitía hacer música con las palabras. Pero para 2003, cuando se propuso dar forma de novela a ese cuento que tenía escrito desde 1999, 'En agosto nos vemos', García Márquez ya no corría los cien metros por debajo de los diez segundos. La enfermedad lo rondaba, y el reto al que se enfrentaba no era saltar por encima de su propia historia o agrandar su universo literario, sino desafiar la fatídica pérdida de facultades cognitivas. Luchando contra la desmemoria, escribió cinco versiones de la novela y finalmente tuvo la lucidez –o cometió la torpeza– de sentenciarlas a la guillotina. «Este libro no sirve. Hay que destruirlo», les dijo a sus hijos. Y seguramente tenía razón: la peste del olvido había doblegado al genio.

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