bala perdida

A propósito de la ebriedad

Lo malo del alcohol, o del Marlboro, es que hay que dejarlo

Jennifer con vistas

Los forofos felices

Dice Miley Cyrus que no va a hacer gira, porque tiene que preservarse de la ebriedad. Cómo no vamos a amar a esta criatura, que es ángel del diablo. Sabe que la perdición está ahí, dentro de uno mismo, como un luminoso veneno, como ... una amistad caníbal. Y va y lo cuenta. Los poetas, que suelen salir yonquis de la síntesis, lo certificaron para siempre: «No existe el veneno, sino la dosis». No añadieron que el veneno principal es la propia vida, y, si la vida se pone terca, nos asesina de pronto un menú de cicuta o un variado postre de pastillería, que es con lo que soportaba la existencia Ammy Winehouse, por ejemplo, siempre borracha de talento y vodka, no sé si por este orden. El alcohol está en el arte, claro, y asimismo la droga, de farmacia o no. En un rápido horizonte de hemeroteca, nos aparecen muchos famosos no adictos al Solán de Cabras, precisamente: Naomi Campbell, Melanie Griffith, Kate Moss, Drew Barrymore, Maradona. Cada uno a su manera, y según épocas. Kurt Cobain se fue al otro barrio por sobredosis, y Keith Richards resolvió en boutade su vicio: «No he tenido problemas con la droga, sino con la policía». Marguerite Yourcenar confesó que debía insólitos riesgos a la ebriedad. Pero al final se curó de la ebriedad. Lo malo del alcohol, o del Marlboro, es que hay que dejarlo. La exaltación del empeño de vivir pasa por dejarle a la muerte sólo una osamenta bien acabada, naturalmente. La música y la literatura adeudan muchas de sus cumbres mejores a finos solistas del opio o la absenta.Arruinaron sus vidas, pero hicieron mejores las nuestras. Otros, menos salvajes, se colocaban de infancia oliendo de mañana una manzana, como Proust o Sthendal. Quiero decir que la droga, la dulce droga visionaria, va por dentro, y nada nos trae la cocaína o el vodka que no anide ya en nosotros, más o menos dormido. Me lo tiene advertido Sabina, que es autoridad: «Me gusta el alcohol, pero me joden los borrachos». Pues eso. Igual le pasa a Miley, que se sabe un peligro.

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