café con neurosis
Acoso sexual a la Constitución
Se quieren llevar a la Constitución a la zona más oscura del cine, la van sentar en medio, y los secesionistas vascos y catalanes le van a meter mano
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Iniciar sesiónA la Constitución no le van a dar un piquito de 0,5 segundos, sino que se la quieren llevar al cine, van a sacar cinco entradas de las últimas filas –las filas de los mancos, decían los acomodadores– y le van a meter ... mano, mientras el público, en general, está viendo la película del piquito.
Y quien escribe esto no cree que la Constitución sean las Tablas de la Ley, ni que haya nada inamovible. Más aún, las reformas pueden llegar a enriquecer el texto original, como ha sucedido con algunas de las enmiendas añadidas a la Constitución de Estados Unidos. Para eso existen procedimientos previstos en todas las constituciones, procedimientos conservadores y exigentes, que requieren grandes mayorías, porque el marco legal de una sociedad no puede estar expuestos a que unos pocos, cambien las normas y, a la semana siguiente, vengan otros pocos a volver a variarla, porque eso no es una Constitución, sino un tiovivo.
La Constitución Española de 1978 puede cambiarse, y tiene articulado donde se explica cómo debe hacerse, igual que la mayoría de las Constituciones de los países democráticos. En el artículo 167 dice «Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras». Y, en otro apartado, dice que esa reforma deberá ser sometida a referéndum, si así lo exige una décima parte de cualquiera de las Cámaras. Es decir, que los del PNV, los del partido dirigido por el secuestrador en paro, los del Prófugo, y los otros secesionistas –partidarios de que atentar contra ciclistas en la Vuelta a España sea amparado dentro de los Derechos Humanos– pueden unirse con Pedro I, El Mentiroso, y urdir una reforma de la Constitución, siguiendo los pasos que marca la propia Constitución.
Sin embargo, parece que no lo van a hacer así, y se quieren llevar a la Constitución a la zona más oscura del cine, la van sentar en medio, y los secesionistas vascos de su derecha, y los secesionistas catalanes de su izquierda, le van a meter mano, mientras en el vestíbulo aguarda Pedro I, El Mentiroso, dando paseos nerviosos. Luego, cuando la hayan sobado hasta la lencería, pretenden que la reforma sea aprobada por un Real Decreto.
¿Así de fácil? No, habrá grupos parlamentarios que denunciarán la disposición, y recurrirán al Tribunal Constitucional. Y allí les espera su presidente, hombre de amplio criterio, que hace casi trece años, cuando era fiscal general del Estado, ya dijo que «…el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino». Ha llovido mucho este fin de semana. Torrencialmente en media España. Incluso ha provocado graves inundaciones. Y el polvo del camino se ha vuelto lodo. Veremos como salimos de este barro. Y como sale la Constitución.
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