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LA TERCERA DE ABC

La revolución idolatrada

«He regresado durante dos o tres días al París de mis años maduros, y he tenido la sensación de que otra rebelión, menos ingenua que la de hace medio siglo, quizá más destructiva, se agitaba en alguna parte, al fondo de alguna playa»

NIETO

POR JORGE EDWARDS

Estuve en el París de mayo de 1968 y vi con asombro, sin terminar de creer en lo que estaba viendo, cómo los jóvenes estudiantes, en su rebelión entre surrealista y neoanarquista contra los diez años de gobierno del general De Gaulle , sacaban ... los adoquines de las calles y formaban cadenas humanas para llevarlos a los techos de los edificios. Eso permitía bombardear mejor a las fuerzas especiales de la Policía y encontrarse, de paso, con las arenas de la playa por debajo de la ciudad, como se anunciaba en esas extravagantes jornadas: adivinar en la distancia, en la bruma, el mar agitado de las revoluciones. Ahora, para cambiar de aire, he regresado durante dos o tres días al París de mis años maduros, y he tenido la sensación de que otra rebelión, menos ingenua que la de hace medio siglo, quizá más destructiva, se agitaba en alguna parte, al fondo de alguna playa. Ten cuidado, me dijo un viejo amigo, no hagas planes de ninguna especie, mira que todo está en huelga. Llegué a la conclusión, al segundo o al tercer día de mi llegada, de que el Gobierno de Emmanuel Macron resiste con decisión, con lucidez, con conocimiento acabado del país, de su historia, de su tradición, pero no quedé seguro de que pueda ganar el pulso contra los actuales sectores extremistas, cosa que compromete, creo, y no es poco decir, al conjunto de la construcción democrática europea de todos estos años.

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