Responsabilidad como padres
Los recientes hechos violentos protagonizados por menores nos deben hacer reflexionar seriamente. Vivimos en una sociedad muy compleja en la que hay poco tiempo para todo, incluso para ocuparse de los hijos. Esto conforma unas pautas de vida que poco a poco han ido considerándose ... como normales. Niños al cuidado de sus abuelos mientras los padres trabajan, niños solos ante el televisor o el ordenador como si éstos fueran niñeras electrónicas, niños colgados permanentemente del móvil. Este hecho tiene una incidencia directa en el desarrollo de nuestros hijos y trastoca seriamente los valores que deberían inspirar una educación responsable.
La televisión juega un papel esencial, máxime si tenemos en cuenta que nuestros hijos pasan más de dos horas al día delante de la pequeña pantalla, casi siempre solos. Series que no transmiten nada bueno, violencia y sexo en horario infantil, y programas que les hacen ver como ordinario lo que realmente es extraordinario, tienen una influencia demoledora en los adolescentes.
No nos extrañemos pues que de vez en cuando surjan hechos terribles protagonizados por niños. Vivimos en una sociedad «anestesiada». Una sociedad en la que todo vale y en la que se trivializan el sexo y las relaciones humanas, y en la que unos padres se llevan las manos a la cabeza cuando se enteran que su hijo de doce años ha violado a una niña. Unos padres que no son capaces de ver su gran responsabilidad en ese hecho. Vivimos inmersos en un auténtico relativismo moral.
Es hora de sentarnos a hablar con nuestros hijos y dedicar algo de tiempo a su educación. No me canso de repetir la importancia de educar en valores. El respeto, el esfuerzo, el afán de superación, la empatía y el cariño son una inversión. Y, además de ocuparnos de nuestros hijos, exijamos un poco de seriedad entre tanta bazofia televisiva. O apaguemos el televisor.
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