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Editorial ABC

Perder derechos no es ganar libertad

La reforma penal del Gobierno es un arma de doble filo para un castigo ideológico a la derecha. Donde ahora hay delitos, mañana habrá impunidad. Y donde hay odio, habrá permisividad

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La reforma penal anunciada por el Gobierno sobre los delitos relacionados con la libertad de expresión no tiene nada de irrelevante. Es una pieza más en el engranaje de ingeniería social con el que el Ejecutivo pretende ideologizar algunos delitos a su medida, desnaturalizándolos a ... conveniencia cuando afecten a iconos sociales de la izquierda, o reforzándolos cuando quienes los cometan provengan de la derecha. Con la excusa de adaptar nuestra normativa a la doctrina de los tribunales europeos, se va a prefabricar una justicia penal de autor para modificar nuestra estructura procesal a imagen y semejanza de las ideas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en lugar de establecer criterios -objetivos y subjetivos- que permitan fortalecer realmente la libertad de expresión como elemento nuclear de la democracia. La operación consiste en una parcelación dogmática del odio, de manera que unas expresiones puedan ser consentidas, y otras castigadas, según el modelo de revisionismo ideológico al que este Gobierno nos somete.

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