Suscribete a
ABC Premium

La Tercera

La heroica normalidad de Ordóñez

«El “país posible”, vale decir el País Vasco posible con el que soñaba Gregorio Ordóñez, debería haber sido, según su sueño, un país de resistentes al terror, lo que, a todas luces, nunca fue. Hubo resistentes. No pocos. Incluso demasiados, dadas las circunstancias. Pero jamás dejaron de ser minoría. Antes y después del asesinato de Gregorio, e incluso, antes y después del asesinato de Miguel Ángel Blanco»

Jon Juaristi

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Muy pocas veces hablé con Gregorio Ordóñez. Bilbao y San Sebastián, cercanas en la geografía, siguen siendo en trato social mutuo más distantes que Oviedo y Cádiz, ciudad esta última de montañeses y asturianos. En realidad, San Sebastián está tan lejana de Bilbao como de ... la Guipúzcoa profunda. En sus memorias, Enrique Múgica Herzog escribía que San Sebastián ha vivido de espaldas a la provincia, cuya capitalidad natural ha residido siempre en Tolosa. Los bilbaínos íbamos rara vez a Donostia, a pesar de lo que rezaba una canción bochera: «¡Qué suerte tienes, oh, Bella Easo! /¡Tener Bilbao a sólo un paso!». Pues bien, en una de las pocas ocasiones en que visité San Sebastián, en compañía de Germán Yanke, que había sido condiscípulo de Gregorio en la Universidad de Navarra, nos encontramos casualmente con este en la calle Sancho el Sabio y Germán hizo las oportunas presentaciones. Lo que más me chocó en aquel primer encuentro fue que el ya por entonces teniente de alcalde de su ciudad, escenario favorito del terrorismo etarra, transitara por ella sin escolta.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia