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La tercera

Nostalgia del Sacro Imperio

«Para consolidar la UE y el crecimiento económico, la política monetaria necesita de otras agendas públicas. Necesariamente deberán involucrarse otras instituciones en Europa, demostrando un mayor dinamismo y menor apego a los intereses nacionales»

José María Méndez Álvarez-Cedrón

Estoy disfrutando de la obra de José Luis Corral «El dueño del mundo». Una novela histórica que recrea la vida de Carlos I de España y V de Alemania. El libro describe cómo el emperador Carlos fue comprobando en las sucesivas sesiones de la Dieta ... de Espira (1526) el calado de las disputas entre los partidarios del Papa y los seguidores de Martín Lutero. Para los nobles del sur del Imperio romano-germánico, de Castilla, de Aragón y de Nápoles la ruptura de la Iglesia, que promovían los que desde entonces se llamarían protestantes, solo beneficiaba a los herejes del imperio otomano: «Roma es el centro de la cristiandad y el Papa, el vicario de Cristo en la tierra», proclamaban los católicos. Los reformistas luteranos, sin embargo, no querían admitir que sus ciudades y Estados quedaran bajo la común autoridad de Roma. Por cierto, uno de los primeros en insubordinarse fue Turingia (¿casualidad?) bajo la común acusación a las altas dignidades de la curia, de haber expoliado las riquezas de Alemania, vivir en el derroche y practicar la doble moral.

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