LA PISABIÉN
Mónica
Ni pena ni muerte de telediario. Una verbena sonrojante de los suyos. Cabeza alta
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Iniciar sesiónSe va con la «cabeza bien alta» aquí Rosa Luxemburgo del Gobierno valenciano. Se va Mónica Oltra después de tanto victimismo, de ése que no se veía en este país desde lo de Juana Rivas y la Paqui de Maracena (Graná), puntales/puntalas morales ... ambas dos del ministerio de Igualdad, presente y futuro. Se va a preparar su defensa por lo de su 'ex', y es que es ver al 'ex' en una foto casual y entender todo lo que nos pasa y todo lo que nos pasará.
Mónica Oltra, dioptrías de la culpa y el 'sostenella', ha dimitido de la Comunidad Valenciana y no pasa como en 'El Tenorio', que se respire mejor desde Vinalopó a Vinarós. Los paniaguados con micrófono, los apoyos con teclado, ya la venían respaldando como si la 'causa Oltra' moviera el mundo. Y lo movió, con sonrojo de los demócratas. Funcionó, creemos, ese ultimátum con pellizcos de monja de Ximo Puig. Algo es algo.
La niña Mónica no tuvo, ni tendrá, ni pena ni muerte por telediario como Rita Barberá, por no irnos muy lejos de allí: sí tuvo una verbena en descargo de los suyos que, entre que se tapaban la nariz o hacían el payaso con danzón a lo Charlie Rivel por mantener la mamandurria 'botánica', pasaban la tarde pegajosa en el Cauce floreado del Turia.
Lo de Mónica Oltra no es una muerte civil como ésas que tanto se dan en la Comunidad Valenciana , con rótulos y hasta infografías en los programas que entretienen a los solterones que leen a Chomsky y son de canal televisivo único. La dimisión de Oltra es un falso gesto de dignidad que calla cuanto esconde y que ponderará su gallofa. Un 'compromís' con su 'papo' que no se sostenía y que estaba dejando España en un «ay».
En lo que llaman chiringuitos educativos de ese Frankenstein con Chanel que va creando Yolanda Díaz, lo de Oltra será, con matices de distancia, como la quinta esencia de la dignidad de una política. Dice que se va con la cabeza bien alta y España, por contra, queda con la frente marchita. Como siempre. Como Gardel.
«Dientes, dientes, que es lo que les jode». Ya lo dijo Isabel Pantoja con más quilates que Mónica.
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