Sobresaliente en olvido

Los franceses que el pasado domingo se echaron a la calle en las principales ciudades de su país no lo hicieron para lamentar, que también, la muerte de la enésima víctima del islamismo, un profesor que enseñaba a sus alumnos en qué consiste la libertad ... a través de las caricaturas de «Charlie Hebdo», sino para defender los valores que se imparten en la escuela como pilares de la convivencia y la democracia, amenazadas por una forma de terrorismo que comparte con ETA su plan totalitario. En España nos emocionan otras cosas.Con quince asesinatos a sus espaldas, a José María Arregui Erostarbe, «Fiti», lo trasladan a una cárcel del País Vasco. A Josu Ternera lo blanquean y rehabilitan en la ETB. Al 60 por ciento de los jóvenes españoles no les suena de nada Miguel Ángel Blanco, y un porcentaje aún mayor (68 por ciento) reconocen que nunca han estudiado nada relacionado con la banda terrorista que dejó más de ochocientas víctimas mortales en España. A Carmen Calvo, dadas las circunstancias, se le ha ocurrido que lo mejor es proceder a una actualización de los contenidos educativos para que todos los alumnos, empezando por los profesores, sean adiestrados en la memoria democrática. El problema es Francisco Franco. Conocer su obra va a contribuir a hacernos mejores, tanto como olvidar lo que hizo ETA con más de ochocientas personas y lo que quiso hacer -algo ha sacado en claro- con la sociedad española.Con toque de queda, mascarilla obligatoria y distancia social, los vecinos de París no hubieran salido a la calle el pasado domingo para defender un sistema de enseñanza, como el español, en el que la libertad se confunde con la paz y cuyos profesores no se molestan en alertar contra la amenaza que, más allá de la muerte de sus víctimas, representa el terrorismo. Eso no tiene defensa. Mejor ponerse a llorar, sin compromiso. En los informes anuales del programa PISA nos suelen suspender porque nos evalúan de materias troncales, homologadas a las del resto del Europa, pero nadie puede competir con nosotros en la asignatura del olvido selectivo. ¿Para qué manifestarse, pudiendo llorar?