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Una raya en el agua

«Caenas»

El Congreso ha entonado un «vivan las caenas» contemporáneo en una humillación suicida de su propio poder soberano

Ignacio Camacho

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Cuando una mayoría del Parlamento aprueba un recorte de su esencial ejercicio parlamentario se produce la inquietante paradoja de que la democracia consiente una restricción del marco democrático. Esto es lo que ocurrió ayer en el Congreso, desdeñado con displicencia bonapartista por un primer ministro ... capaz de ausentarse del debate que él mismo había convocado, sin que Carmen Calvo se tomase la molestia de colocar un bolso sobre su escaño. Una vejación simbólica de la que Sánchez no es más responsable que los diputados que le toleraron el agravio humillando con su voto favorable su propio poder soberano. Insólito espectáculo: los representantes del pueblo entonando un «vivan las caenas» contemporáneo que en la práctica deja las garantías constitucionales en suspenso durante medio año. O hasta que Sánchez considere necesario extender las facultades excepcionales de su mandato.

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