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¡Ya está bien!

El antifranquismo se ha convertido en una peste moral en España

Hermann Tertsch

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EL Rey de España, el Jefe del Estado, habla para la Asociación Mundial de Juristas sobre el imperio del derecho. Todos los medios y políticos se hacen eco emocionado. Todos de acuerdo. Saben que la única alternativa a la supremacía incondicional de la ley es ... el caos primero y después la guerra. Los españoles deberíamos saberlo todos. Deberíamos. Lo cierto es que, mientras Felipe VI defendía el imperio de la ley, los golpistas juzgados se ciscaban en ella y no solo ellos. Porque los familiares y amigos de un anterior jefe del Estado tenían que tomar acciones inauditas para defender la ley. Abogados advertían en burofaxes a funerarias y obreros que de obedecer ciertas órdenes del actual jefe de Gobierno, incurrirían en un grave delito que podría llevarlos a la cárcel para años. Nadie ha confirmado la inminencia de la acción pero sí los preparativos para incumplir la ley, ignorar al Supremo, asaltar una basílica con su extraterritorialidad, atropellar a los monjes titulares del recinto sagrado, profanar la tumba, sacar al cadáver momificado y llevárselo en contra de la voluntad de la familia del muerto y nadie sabe a dónde. Los medios izquierdistas aseguran que Sánchez está dispuesto en campaña a lo que no hacen ni las tribus más bárbaras en guerra. El innoble espectáculo de la profanación oficial de la tumba de Franco debería asquear y avergonzar a todo español de bien.

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