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La amenaza se llama Iglesias

El amedrentamiento y la violencia forman parte del proyecto político de Unidas Podemos, formación que alerta contra la ultraderecha mientras recurre al matonismo totalitario

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La detención de un asistente del equipo de Unidas Podemos, al servicio del círculo de Pablo Iglesias, por su participación en las agresiones que reventaron el mitin de Vox en Vallecas el pasado 7 de abril sitúa al socio de gobierno de Pedro Sánchez y ... candidato a presidir la Comunidad de Madrid poco menos que como jefe de una banda de matones. No se puede definir de otra manera la actividad de Iglesias, que primero animó a los radicales para que respondieran a la supuesta «provocación» de Vox en su antiguo barrio y más tardé toleró y silencio que un miembro de su equipo, hombre de partido y confianza, materializase su cordón sanitario y violento contra el partido de Abascal. Que Pablo Iglesias, pese a la gravedad de lo sucedido en Vallecas, siga siendo hoy candidato en unas elecciones es una anomalía democrática. A dos días de los comicios del 4-M, renunciar no figura en sus planes. La naturaleza totalitaria de su proyecto político, del que forman parte la violencia y el amedrentamiento, ya sea en Vallecas o en las calles de Barcelona, le permite seguir adelante pese a las cada vez más evidentes señales de alarma que deja su actividad, pública o privada. La hipocresía es su divisa. Su actitud ante los procesos judiciales en los que se investiga su nepotismo -como el caso de la niñera de Galapagar- o las irregularidades contables de su formación revelan la doble vara de medir que utiliza Iglesias para denunciar las corruptelas de sus rivales y, en su caso, atribuirse persecuciones políticas. La impostura y el victimismo son las señas de identidad del todavía líder de Podemos: mientras uno de sus muchachos era detenido por agredir a la Policía, Pablo Iglesias clamaba contra la amenaza que para la democracia -la misma contra la que atentan sus ‘bukaneros’- representaban los sobres con balas dirigidos a varios líderes políticos.

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