Tiempo recobrado
Dios creó las ballenas
Muy pocas veces se ha escrito un texto tan cargado de simbolismos como «Moby Dick»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa primera película de la que guardo un recuerdo es «Moby Dick», la versión cinematográfica de John Huston de la inmortal novela de Herman Melville. La vi con mi abuela en Miranda de Ebro a finales de la década de los 50. Yo debía tener ... cuatro o cinco años y jamás olvidaré las escenas del capitán Ahab, interpretado por Gregory Peck, con un arpón en la mano para matar a la ballena con la que estaba obsesionado.
Es curioso que nunca he querido volver a ver esa película para no sentirme decepcionado. Pero mucho tiempo después leí la obra de Melville, publicada en 1851, que me pareció fascinante. Muy pocas veces se ha escrito un texto tan cargado de simbolismos. Sumirse en «Moby Dick» es viajar al corazón de la pesca ballenera en Nantucket a mediados del siglo XIX cuando miles de aventureros acudían a ese puerto para alistarse en una actividad tan atractiva cómo la búsqueda de oro o la exploración de los polos.
Este recuerdo infantil me ha venido a la cabeza al enterarme de que un navegante italiano llamado Vittorio Fabris salió el año pasado con su embarcación desde Nantucket, al igual que el Pequod de Melville, para emular la ruta de Moby Dick y pedir perdón a la imaginaria ballena por la crueldad de Ahab. Al parecer naufragó, lo cual no deja de ser un acto de justicia histórica.
Siempre he soñado con alistarme en un ballenero, siguiendo los pasos de Ismael, el narrador de la novela. Soy muy consciente de que ya no se captura a las ballenas con un arpón como el de Ahab, entre otras cosas, porque está prohibida su pesca. Pero los sueños son libres y el poder hipnótico de la mítica ballena sigue tan vivo como hace siglo y medio.
La ballena ya aparece citada en el Genésis como un monstruo que desencadena todo tipo de males. «Dios creó a los cetáceos», se menciona en el texto sagrado, que, sin embargo, no dice que el Ser Supremo creara los leones, los elefantes o los cocodrilos. En otra referencia, el libro de Job maldice a quienes se atrevan a despertar a la ballena. Más tarde, en el Nuevo Testamento, hay una clara identificación de este animal con el diablo e incluso se le cataloga como uno de los cuatro príncipes del infierno.
El profeta Jonás fue tragado por una ballena y sobrevivió tres días en su estomago hasta que fue vomitado en una playa. Este episodio debió influir en Carlo Collodi al crear Pinocho, que también fue devorado por un monstruo marino por su mal comportamiento. Por ello, cuando era muy niño, temía correr la misma suerte que Jonás o Pinocho si no decía la verdad.
La ballena aparece en el inconsciente colectivo de generaciones anteriores como la fuerza bruta de una Naturaleza amenazante, que pone de relieve la fragilidad del hombre. Y se halla también asociada al mal. No en vano Hobbes eligió la figura de Leviatán para titular su obra, en la que hay una identificación del poder absoluto con la gran ballena que reina en los océanos. El filósofo inglés era un pensador pesimista que creía que los hombres tenían una tendencia innata a la maldad.
Toda esta imaginería que viene de tan atrás se halla magistralmente presente en la gran novela de Melville, que es una reflexión sobre la condición humana, la fuerza del mal y el castigo por rebasar los límites. Ahab es una figura trágica, pero también grandiosa en la medida que desafía un orden divino contra el que se rebela.
Pero todas estas reflexiones no dejan de ser una elucubración porque lo relevante es la fascinación por un relato que nos sumerge en aquel Nantucket en el que los marineros se reunían en una taberna al anochecer para contar viejas leyendas sobre monstruos marinos como Moby Dick en torno a una pinta de cerveza. ¡Cómo me hubiera gustado estar allí!
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete