Un batallón más para Afganistán, y después...
El envío de un batallón español para reforzar la seguridad de las elecciones afganas del próximo 20 de agosto supone un importante cambio cualitativo en la aportación militar española a la OTAN, pero siguen apareciendo dudas respecto al pasado reciente y, sobre todo, de cara al futuro después del verano. ¿El Gobierno habría aprobado el envío de un contingente similar si Obama no fuera presidente de Estados Unidos? Quizás sí, pero tras las mencionadas elecciones, ¿qué?
Porque el quid de la cuestión es el papel que desarrollarán los soldados españoles allí desplegados, a buen seguro, durante muchos años. O lo que es lo mismo, si se suavizarán los «caviets» que limitan el uso de la fuerza y que resultan especialmente severos según otros socios de la OTAN, lo que supondría un enorme cambio de discurso, además de aclarar hasta dónde abarcará la integración de las misiones de ISAF y Libertad Duradera.
Hasta que despejemos estas dudas no sabremos de verdad el nivel del compromiso.
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