Suscribete a
ABC Premium

Barricadas

EL Gobierno ha encontrado petróleo en la polémica de Garzón, o más exactamente en su secuela tardoguerracivilista, y parece dispuesto a explotar el yacimiento. La izquierda que le había dado la espalda al zapaterismo anda ahora cantando por las calles el «No pasarán», olvidada de ... la crisis y de los millones de parados; los socialistas han aprovechado el alboroto para levantar barricadas ideológicas y llamar al combate contra la Falange y el fascismo, como si fueran abueletes nostálgicos de batallitas que en la bruma de la senilidad se hubiesen olvidado del final de la guerra. En cualquier país normal, menos vulnerable a la frustración histórica, una maniobra así de espuria habría desacreditado a sus promotores convirtiéndolos en estatuas políticas de sal por mirar al pasado; pero en el nuestro funciona casi siempre el recurso de abrir la caja de Pandora. Pocas cosas gustan más a los españoles que pelearse a muertazos, y hacía ya mucho tiempo que no nos entregábamos a esa pasión tan excitante por culpa de la Transición y sus milongas de consenso y concordia.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia