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Un asesino anda suelto

La izquierda y los separatistas prefieren ver libre a un matarife como Santi Potros antes que respaldar la prisión permanente revisable

Isabel San Sebastián

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Que Santiago Arróspide Sarasola sea libre para ir y venir por las calles a su antojo constituye una ofensa a la justicia y desde luego a la dignidad de las víctimas. No a la ley, cicatera, que en su caso se ha cumplido, pero sí ... a lo que cualquier persona decente entiende por justicia: esto es, que el criminal pague un precio proporcional a los crímenes cometidos. Con arreglo a ese criterio básico para que el concepto no pierda su sentido, el terrorista excarcelado hace una semana debería haber languidecido en una celda hasta el último día de su vida.

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