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La «doctrina» Bolinaga y el canalla

Troitiño no ha pedido perdón a las víctimas, ni las ha resarcido ni, como otros agraciados por Marlaska, reniega de ETA a no ser que sea para eludir la acción de la Justicia

Álvaro Martínez

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Por «razones humanitarias» y de «dignidad personal», la Audiencia Nacional ha concedido la semilibertad al etarra Antonio Troitiño, uno de los más sanguinarios de la historia de ETA. Veintidós vidas humanas y muy dignas se llevó por delante esta bestia que -según los informes médicos ... en los que el juez de Vigilancia Penitenciaria sostiene el tercer grado con el que el pistolero ha sido agraciado- tiene un cáncer sin cura que solo se trata con paliativos. La salida a la calle de Troitiño llega en pleno festival de mercedes penitenciarias a los asesinos etarras por parte de Grande-Marlaska que, con ello, parece el encargado de mantener vivo el apoyo de Bildu a Sánchez en las Cortes y el idilio parlamentario surgido entre socialistas y quienes aplaudían o brindaban con chacolí cada vez que ETA mataba, a un socialista por ejemplo. Triste papel el de un ministro, juez de profesión, entregado por orden de Sánchez a esta tarea de reconfortar almas etarras.

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