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Lente de aumento

Nadal, fuera lamentos

Rafa es de otro mundo porque el que viene es más de atajos y requiebros

Agustín Pery

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Se va asentando eso tan español de emborronar las biografías excelsas. Ahora toca la de Rafa Nadal, al que algunos ilustres de la tinta andan afeando esta sensación de muerte deportiva en directo. El tormento físico del manacorí es cosa decidida por él y allá ... entonces con sus umbrales de dolor. La épica de su gesta recibe ahora súbitos ‘peros’ que hablan de que nace de una ambición sin cuartel, un masoquismo suicida o vaya usted a saber qué. Otros alaban al campeón total como antónimo del españolito de grada, que aplaude, jalea y, ahí el pecado, exige a Rafa que sea todo lo que no somos, como si el virtuosismo de su tenis, y el juicio sobre el mismo, naciera de la comparación con nuestras carencias.

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