Suscribete a
ABC Premium

Tribuna abierta

Morir en Arguineguín

«¿Cuántas Nabodys existen o se cruzan por nuestras vidas sin que seamos capaces de ver, de sentir, de compadecer, de actuar?»

Abel B. Veiga Copo

Aferrada a un pequeño hilo de vida. Nabody apenas resistió cinco días. La mar la devoró sin que ninguno lo hubiésemos sabido. Incluso antes de nacer. La mar de la miseria, de la pobreza, incluso de los sueños. Acaso, ¿quién ha dicho o sentenciado que ... un niño no pueda tener sueños? Y entonces ¿quién se los roba y por qué?

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia