GUIONISTA DE «GUADALQUIVIR»

Fernando López-Mirones: «Las fincas de toros son el mejor santuario natural»

Si desapareciera el toreo, todas ellas, que cubren más de un 20% de la superficie de España, cambiarían de uso y la biodiversidad que albergan desparecería en gran parte, explica el zoólogo y documentalista

Fernando López-Mirones: «Las fincas de toros son el mejor santuario natural» ERNESTO AGUDO

PILAR QUIJADA

Es el guionista de la película documental «Guadalquivir» , que acaba de estrenarse y está nominada para los premios Goya . Zoólogo de formación, Fernando López-Mirones (Pontevedra, 1964) está convencido de que el cine es fundamental para dar a conocer ... la naturaleza , sobre todo a los más pequeños, que tendrán que cuidarla en unos años. El centenar largo de documentales que ha escrito y dirigido dan fe de que no solo lo cree sino que hace todo lo posible para lograrlo. Entre ellos, una versión documental de la película Guadalquivir, de 53 minutos, que «va a salir ya en inglés y no sé si llegara a España. Se diferencia de la película en que es más científico y no tan lírica como la película, que tiene diálogos más cortos y se hace mayor énfasis en la historia emotiva».

Y es que, como tantas veces ocurre, Fernando está más valorado fuera que en su propio país. Sus documentales han sido durante mucho tiempo adquiridos primero por la BBC o National Geographic antes de llegar a las pantallas españolas. Un paradójico viaje para acabar donde nacieron. « TVE no participaba. En la película Guadalquivir sí ha entrado», explica. No obstante, su buen hacer ha recibido varias recompensas. La última, el Sol de oro a la trayectoria profesional en el XX Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente (Ficma) de Barcelona 2013 , el más antiguo del mundo en su género. Su próximo proyecto, una película de alto presupuesto en Colombia: «El secreto de El Dorado».

Para muchos, incluido el ya fallecido Aurelio Pérez, que fue el naturalista de la serie «El hombre y la Tierra» , este biólogo con look de Indiana Jones está llamado a convertirse en el sucesor de Félix Rodríguez de la Fuente : «Trabajamos con Aurelio en ‘Osos y Madroños’, el primer documental que hice. Nos enseñó muchos trucos que utilizaba Félix. Me regaló una caperuza de halcón y me dijo que yo era el siguiente. Me dio una energía que me dura hasta hoy», resalta.

Además de Félix, que contribuyó a que germinara en Fernando la afición por los documentales, su figura de referencia es el naturalista británico David Attenborough , premio Príncipe de Asturias : «Es mi héroe absoluto. En mis clases en la Universidad siempre hablo de él. Tiene 87 años y quiere retirarse pero no encuentra sustituto. Es ante todo guionista además de zoólogo», explica mientras paseamos por la campiña que se extiende delante de la población madrileña de El Casar , donde vive Fernando. «Esta es una zona muy especial y extraña, localizada en la confluencia de varios ecosistemas colonizados por el hombre ». Y como todos los ecotonos tiene una gran riqueza de especies. Desde avutardas, que ofrecen en marzo sus espectaculares paradas nupciales, hasta lobos.

Sierra de Guadarrama: «Estaba poblada por rinocerontes y tigres dientes de sable»

Frente a nosotros, una estupenda panorámica de la Sierra de Guadarrama, desde Peñalara hasta La Cabrera. El Cerro de San Pedro, «último lugar donde históricamente se avistaron lobos en Madrid» , se alza como un estupendo mirador desligado de las cercanas montañas. Desde la sierra se desliza el piedemonte o rampa, «una montaña ligera». Y finalmente, la campiña, que llega hasta nuestros pies. «Empieza en el Jarama y en tiempos estaba poblada por rinocerontes, hienas, tigres de dientes de sable... Hay un montón de yacimientos por aquí. La mayoría de estas piedras son hachas paleolíticas», dice señalando el suelo.

A la derecha, el pico Ocejón, ya en Guadalajara, donde el lobo campea a sus anchas y se aventura hasta Madrid. «La gente se cruza en la N-I con lobos y cree que son perros» , aclara Fernando. Y a nuestra izquierda se alzan lejanas las cuatro torres, que ya conforman la identidad del «skyline» madrileño: «Siempre busco la foto de las avutardas con las torres al fondo».

Aves esteparias

Las avutardas, y la gran riqueza faunística de la zona, son responsables de que este zoólogo gallego criado en Canarias dejara la urbe que ahora contempla a lo lejos para vivir en El Casar: « Venía desde Madrid a ver avutardas . Y las casas del Casar al principio me molestaban en los planos de rodaje. Hasta que un día me planteé que si viviera en esas casas que tanto me molestaban no tendría que venir todos los días». Y hasta hoy.

Como anécdota, explica que estas aves esteparias, cuyo tamaño y peso está en el límite para alzar el vuelo , le distrajeron y provocaron un pequeño accidente. «Había unas avutardas al lado de la carretera y por mirarlas me tragué un autobús que iba delante cuando frenó . Al explicar a la Guardia Civil el motivo de la colisión no daban crédito. No sabían lo que era una avutarda. Unas aves muy grandes, les dije. Pensaban que estaba loco».

Atún rojo: «Con pocas medidas de conservación, se multiplica muy bien»

El punto de vista que refleja en sus documentales no siempre complace a todos, y en ocasiones le granjea enemistades, algo que, como decía Martín Vigil, podría considerarse casi una prueba de que dice la verdad. Así ha ocurrido con su «UltimAtún», sobre la situación actual del atún rojo . «Los científicos expertos nos explicaban que, aunque no podían decirlo, lo que se comentaba de la escasez de los atunes y el peligro que corrían no era cierto. Y me mandaban datos. El atún rojo es un pez, aunque algunos ecologistas lo consideraban la nueva ballena . Pero el atún pone un millón de huevos cada año, a diferencia de los cetáceos, que tienen una cría cada 5 años. A pocas medidas de conservación que tomes los atunes se multiplican muy bien». Cree que alarmar mucho a la gente es un error. «Lanzar mensajes siempre negativos produce un callo psicológico que lleva a pensar: si el mundo se va al garete, qué más da que yo recicle».

Es también uno de los pocos naturalistas que no duda en afirmar, en plena polémica de la fiesta taurina, que «las fincas de toros son los mejores santuarios naturales . Lo mejor que te puede ocurrir si eres una cigüeña negra, un águila imperial o un lince es que tu casa esté dentro de una de esas fincas. Y esta paradoja la he descubierto rodando. No estoy opinando, estoy contando una realidad. A los toros se los maneja a caballo para que ni siquiera oigan motores, porque les molestan. Nadie caza ni coge setas. Entre lo que vigila el propio toro y los ganaderos y que esto produce dinero porque hay corridas detrás, en esas fincas no hay quien se cuele. Sin embargo, vas a Doñana o Monfragüe y no tarda en aparecer alguien que se ofrece a franquearte el paso de noche para alguna actividad ilegal», denuncia.

Si se elimina el toreo, asegura, no solo desaparecerá el toro de lidia: «Todas esas fincas, más de un 20% de la superficie de España, cambiarían de uso , y la biodiversidad que albergan desparecería en gran parte. Se cambiarían los árboles por carreteras y edifios». Asegura con un punto de ironía que el «medio» ambiente tiene otra «mitad»: «Las cosas, por muy naturales que sean, hay que mantenerlas. ¿Y cómo mantendremos los santuarios creados en torno a los toros sin aporte de dinero?», se pregunta.

Fernando López-Mirones: «Las fincas de toros son el mejor santuario natural»

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