Entrevista a Diego García «El Twanguero»:
«Calamaro y El Cigala han sido mis mejores relaciones públicas»
El guitarrista valenciano admirado por estrellas como Bunbury, Fito Páez o Santiago Auserón actúa siete noches seguidas en el Café Central
IGNACIO SERRANO
Cuando Diego García «El Twanguero» recorre los Estados Unidos con su guitarra, cada noche deja pasmados a los espectadores al menos dos veces. La primera, cuando hace sonar su instrumento con un talento absorbente e irresistible. La segunda, cuando el público se entera de que ... no está ante el último guitarrista emergente de Nashville, sino ante un valenciano con más de veinte años de trayectoria. En las esferas más selectas del pop-rock hispano no necesita presentación, pero para muchos aún es un tesoro por descubrir. Hasta el próximo domingo, los madrileños tenemos cinco oportunidades para hacerlo en el Café Central (Plaza del Ángel, 10. 21.00, 10 euros).
—Llevo una temporada oyendo hablar mucho y muy bien de usted.
—He tenido suerte de tocar con gente muy agradecida, que siempre ha hablado muy bien de mí. El primero fue Santiago Auserón, con el que tuve una relación muy intensa por el interés que compartíamos por la música latinoamericana. Él es uno de los grandes pioneros en la investigación de todo esto, dentro del pop español. Trabajar me ayudó mucho a ser quien soy hoy en día. Él habló muy bien de mí y gracias a eso pude tocar con Jaime Urrutia, con Fito Páez. Pero antes yo había tocado con artistas famosos. Por tocar he tocado hasta con Camilo Sesto.
—Calamaro, que por cierto también actúa hoy en Madrid, es otro de los que le ha hecho buena promoción.
—Sí, lo sé, ¡jajaja! Él se mueve muy bien en las redes sociales y tuvo una época que no paraba de recomendarme a todo el mundo. Él ha sido mi mejor relaciones públicas. Y también Diego El Cigala, que es todo un figura.
—Sí, habló de su colaboración en su último disco en estas páginas.
—Le conocí precisamente gracias a Calamaro. Cuando nos presentó dijo: «deberíais hacer algo juntos». Y así es como acabé grabando «Romance de la Luna Tucumana» con El Cigala. Andrés es un tipo que provoca cosas, ¡jaja!
—El lunes comenzó su ronda de conciertos en el Central, ¿qué tal fue?
—Pues tenía algo de miedo, porque siendo julio, vacaciones, y además un lunes... pensé: «aquí no viene nadie». ¡Pero se llenó! Así que el comienzo es inmejorable, un buen augurio para el resto de la semana. Toqué con un jet-lag bestial porque había llegado de Los Ángeles unas pocas horas antes de dar el concierto, aunque he de decir que con tanto viaje ya me he acostumbrado a esto.
—Tiene un último disco llamado «Argentina Songbook», ¿lo hace sonar entero en el Central?
—No, escojo unas cuatro o cinco cada noche, y el resto lo dedico al resto de mi discografía. Quiero presentarle a la gente quién es el Twanguero, no sólo una parte de su carrera.
—¿Lo de «El Twanguero» se lo puso o se lo pusieron?
—Hace diez años, cuando yo presentaba mi disco «Twanguero» en Albacete, se equivocaron y en el cartel pusieron que actuaba «El Twanguero», en lugar de Diego García. Mis amigos empezaron con la broma, y fue Calamaro el que decidió que me llamaría así el resto de mi vida.
«Calamaro y El Cigala han sido mis mejores relaciones públicas»
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