Los jardineros se afanan estos días en aligerar el peso de los cientos de miles de ejemplares de la capital para evitar desgracias mayores como las ocurridas este verano
Por eso, no es difícil encontrar estos días a operarios con grúas elevadoras trabajando sobre el arbolado y desbrozando todo tipo de ejemplares en Madrid, desde los más grandes hasta los más pequeños. Algunos vecinos creen que «hacía mucha falta» podar las ramas de los árboles «de hecho en esta calle se han caído tres o cuatro» asegura un vecino «y más con los que se han caído en el Retiro y en otros sitios» asegura otro señor.
El intensivo trabajo y el volumen de algunas de las podas está dejando imágenes casi selváticas sobre el asfalto con bancos engullidos por el follaje o coches atrapados entre el ramaje ante la atenta mirada de las personas mayores que se ven las más indefensas «lo veo bien por el peligro que tiene para los mayores» asegura una señora que pasea cerca de una de las zonas de poda.
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