De la alegría electoral a la operación Púnica: «Sentimos asco y mucha decepción»

ABC ha hablado con los cuatro ediles del sur madrileño. Están mal. Tranquilos pero con mal cuerpo. «Siento asco y profunda decepción por todos aquellos políticos que han abusado de la confianza de los ciudadanos y militantes para enriquecerse ilícitamente cuando millones de españoles sufren la crisis en sus carnes», dice Jesús Gómez, alcalde de Leganés.

A su juicio, «el PP debe recuperar la honradez como uno de sus grandes activos y sólo lo conseguiremos si eliminamos todos aquellos incentivos perversos que fomentan la corrupción». Gómez, que gobierna en minoría, se encontró con un ayuntamiento «asfixiado económicamente», y ha logrado sacarlo de ahí. «Mi reto es el paro y en el último año lo hemos reducido en un 7%. Duermo tranquilo porque tengo la conciencia tranquila».

Juan Soler es tajante: «No quiero estar en el mismo partido que esas personas», en alusión, principalmente, a Francisco Granados y a Agustín Juárez. El alcalde de Getafe -en donde sustituyó a Pedro Castro después de 30 años de gobierno PSOE-, apuesta por cambios en el sistema electoral. «Si el ciudadano eligiera directamente al alcalde nos ahorraríamos esos “pagos”». Soler admite que muchos ayuntamientos tienen contratos con Cofely , como el suyo, «porque es una empresa muy importante pero hoy, en Getafe, hay honradez a carta cabal. A mí nadie me va a sacar los colores».

La alcaldesa de Aranjuez, María José Martínez de la Fuente, también lo tiene claro: «Cualquier servidor público honrado se siente avergonzado. Así me siento yo». Y se refiere a la operación Púnica como «una trama, que sin ser la más cuantiosa, ha servido para que unos aprovechados consigan dinero fácil». «Me encontré -recuerda-, el Ayuntamiento de Aranjuez lleno de pufos y con una deuda de 175 millones de euros. Hemos tratado de hacer más con menos y acabar con el despilfarro».

¿Cambiar la ley electoral? ¿Un pacto contra la corrupción? Martínez cree que, aunque todo es objeto de debate, «bastaría con cumplir el ordenamiento jurídico. No falla el sistema democrático, fallan las personas». Y le espanta pensar «que el ciudadano, lógicamente asqueado, pueda caer en la trampa de populismos fracasados». Su lema: expulsar de la política a los corruptos así como una justicia inexorable y rápida.

Para David Pérez «los vecinos de Alcorcón han visto que había otra forma de gobernar, sin derroches ni disparates como gastarse un centenar de millones en un macro circo. Ahora hay compromiso social y cada vez son más los que nos apoyan». Recuerda la deuda heredada del PSOE por 602 millones de euros, las facturas sin pagar y el aumento del desempleo. «Llegamos con mucha ilusión. Y sigo queriendo convertir a Alcorcón en la locomotora económica y laboral de la Comunidad de Madrid».