sucesos
A pedradas contra los autobuses en Madrid
La empresa ALSA denuncia que se lanzan piedras desde el puente de Canillejas. Hay casi 500 sabotajes en cerca de un mes que lleva el paro. Un viajero y un conductor, heridos
A pedradas contra los autobuses en Madrid
La huelga de conductores de la empresa de autocares Alsa lleva ya camino de un mes. Desde el pasado 5 de marzo, en que comenzaron los paros, no han dejado de sucederse actos de sabotaje y agresiones contra los vehículos que cumplen los servicios mínimos. ... Pero estos sucesos han ido a mayores y están llegando a poner en peligro la integridad física de los viajeros y de los propios trabajadores.
Según ha podido saber ABC, la Policía Nacional ha tenido conocimiento, a través de la empresa Nex Continental (a la que pertenece Alsa), de que se están arrojando piedras de manera sistemática sobre los autobuses, especialmente, desde el puente de Canillejas que cubre la autovía de Barcelona (A-2).
La situación más tensa se vivió esta misma semana, cuando una pedrada, según consta en la denuncia, impactó contra la ventanilla del conductor, Iván C. F., quien sufrió diversas lesiones en los ojos.
También un viajero fue herido anoche en la línea 229, una de las más afectadas por los sabotajes, que cubre el recorrido entre Avenida de América y Alcalá de Henares. A su paso por San Fernando, el viajero fue alcanzado por una pedrada en la cabeza.
Los altercados no están siendo, ni de lejos, aislados. Desde el primer día de huelga han ido produciéndose un reguero de boicots y destrozos, que rondan ya el medio millar y que, según la empresa, ascenderían a 500.000 euros en daños.
Pintadas en vehículos, reventones de ruedas y las mencionadas roturas de lunas de los autobuses son la anomalía a la que son sometidos cada día los trabajadores y usuarios de esta empresa, que no son pocos. De hecho, muchos viajeros vienen denunciando, vía Twitter, las condiciones lamentables y peligrosas en las que se ven obligados a trasladarse cada día a sus destinos. Sea por unos (empresa) o por otros (huelguistas), los usuarios están hartos de ir apiñados en vehículos atestados de gente, incluso de pie, y de que, además, de buenas a primeras, un pedrusco impacte contra la ventanilla junto a la que van.
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