Los actos vándalicos por la huelga de Alsa destrozan lunas en 90 autobuses

De toda toda la flota de 200 buses, 90 han sufrido actos vandálicos que se han traducido en cristales destrozados, según fuentes de la empresa. Explican que alguno de ellos circulaba con viajeros en función de servicios mínimos cuando se produjeron los daños, lo que resulta inadmisible por el «peligro» que supone para los viajeros y conductores.

Por su parte, UGT afirma que algunos vehículos han estado circulado con los cristales rotos y que muchos de estos han sido repuestos por plásticos. «Algunos se han colocado en las salidas de emergencia, por lo que, por mucho que se intenten romper con los martillos es dificílisimo si no imposible», agrega.

Además del peligro que dicha circunstancia supone para los 50.000 viajeros y los 400 conductores, «esos recambios no son legales, ya que ni están homologados ni los coches han pasado la ITV ni la podrían pasar en esas circunstancias».

La plantilla de la empresa comenzó una huelga indefinida el 5 de marzo, en protesta por la intención de la empresa de recortar los salarios de los chóferes de largo recorrido y de las líneas interurbanas.

El origen del conflicto radica, explica Patiño, en que Alsa quiere recortar el tiempo que los conductores utilizan para revisar el bus antes y después de acabar su turno. Ello incluye comprobar el estado de los frenos, extintores, ruedas, motores y salidas de emergencia, entre otros aspectos. De no estar todo en regla, el coche se inmoviliza y es sustituido por otro, explica.

Hasta ahora disponen de una hora, pero la empresa quiere que dediquen a dicha tarea diez minutos, «un tiempo a todas luces insuficiente para realizar esta labor», asegura Patiño, portavoz de UGT. «Esta reducción de tiempo pone en peligro también la seguridad de viajeros y empleados y se traduce en una rebaja salarial de entre 150 y 300 euros al mes por cada conductor, en función de si se encarga de una línea interurbana o de largo recorrido.

Mientras, Alsa alega que al mantenimiento se le puede dedicar menos tiempo debido a la tecnología y los nuevos dispositivos, una circunstancia que no comparten los huelgas.

Sea como fuere, los conductores afectados y los convocantes de la huelga subrayan que el tiempo estipulado para esa tarea está incluido en el convenio colectivo, avalado por una sentencia del del TSJM de 1993 y asumido por la nueva empresa Next Continental Holding que compró la compañía que gestiona Alsa.

«El Consorcio de Transportes debería de actuar, pues los usuarios han pagado sus abonos»«El único motivo de la compañía es económico, a pesar de que en 2013 tuvieron unos beneficios de 90.000 euros. Se están aprovechando de la reforma laboral y no entendemos como el Consorcio Regional de Transportes mira para otro lado», precisa uno de los chóferes, con 24 años de antigüedad a sus espaldas. Los usuarios han comprado sus abonos y se ven afectados por los paros y por esperas de más de una hora. Van como sardinas en lata y en la mayoría de las ocasiones el autobús, que sale abarrotado de la cabecera y no puede parar en los lugares estipulados: no cabe un alfiler».

Con motivo de la huelga se han establecido servicios mínimos del 60% en hora punta para 40 municipios del entorno de la A-1 que carecen de otro transporte, y de entre 50 % y 60 % en hora punta en el Corredor del Henares.