Ha ocurrido en muchas ocasiones. Clubes deportivos de mayor o menor categoría que han visto cómo sus cuentas bancarias se ven incrementadas gracias al Gordo de la Lotería. Es lo que le ocurrió al Club Deportivo Dolores, que en el sorteo de 1980 se hicieron con cinco décimos del 60.076, y vieron cómo se llevaban 125 millones de pesetas. No les hubiera dado para fichar a Maradona (el Barcelona pagó 1.200 millones de la época en 1982), pero les arregló bastante.
Unos años más tarde, en 1988, al Sporting de Gijón sí le habrían dado las cuentas para hacerse con el '10': ganaron 7.000 millones de pesetas gracias al 21.583. Ese número se repartió entre seguidores y trabajadores del club.
Ganar el Gordo es un problema, a veces. Es lo que le pasó al Vélez-Rubio, un club de Almería que vio cómo hace exactamente 20 años le caían en gracia 160 millones de euros. Diego García, presidente del equipo, se hizo con 70 series del 08.103. En cuanto se confirmó que se habían hecho con el premio, decidió aprovechar el premio y salió del club que, por entonces, estaba en regional preferente. Los siguientes gestores no supieron o no pudieron convertir ese dinero en un proyecto deportivo decente y no solo no consiguieron ascender a la élite, sino que pocos años después acumulaban una deuda neta de 220.000 euros.
Estos son solo tres ejemplos de ganadores de la Lotería dentro del ámbito deportivo, pero hay numerosos casos más. Muchos de ellos de practicantes de deportes que, sin estar en lo más alto, llegan a ganar más que en el campo de fútbol o el tatami.
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