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Historia de la lotería de Navidad

La belicosa historia de la Lotería de Navidad como arma contra Napoleón

La Lotería Nacional vino directamente de Italia para hacer frente a los problemas económicos de la hacienda real española

Así es el anuncio de Lotería de Navidad 2018

Lotería de Navidad 2018

La obra representa la rendición del general francés Pierre-Antoine Dupont de l'Étang (1765-1840) tras la derrota del ejército francés en la batalla de Bailén

ABC Historia

El origen de la Lotería de Navidad es, en sí, el de la Lotería Nacional. El Rey Carlos III es el artífice de las reformas más intensas que sufrió España en el siglo XVIII y el impulsor de la Lotería Nacional en España. Junto a varios consejeros italianos y un espíritu reformador, Carlos se trajo a España algunas de las fórmulas que le habían funcionado en Nápoles y Sicilia para aumentar la recaudación sin necesidad de subir los impuestos.

El Rey trajo, entre otras muchas ideas, una lotería a nivel nacional para recaudar el mayor dinero posible. Fue el origen de la Lotería Primitiva, que medio siglo después fue imitado en su funcionamiento por las fuerzas antinapoleónicas para crear el antecedente de la Lotería de Navidad que hoy conocemos y que cada año reparte fortuna y dinero a miles de españoles.

El objetivo con este tipo de juego de azar era hacer frente a los problemas económicos de la hacienda real. Frente a una crisis económica que se había convertido en crónica desde el cambio de dinastía, el Monarca hizo traer a España al director de la lotería napolitana, don José Peya, quien se encargó de dar forma al sorteo. En apenas unos meses se autorizó, por el Real Decreto firmado por el Marqués de Esquilache el 30 de septiembre de 1763, el establecimiento del juego en Madrid.

No obstante, los juegos de azar y los sorteos no eran una novedad en España. De ahí que la Lotería de Números (lo que hoy es la Primitiva) fue recibida con mucho entusiasmo por el pueblo español en su primer edición el 10 de diciembre de 1763, con un sistema muy similar al actual. En aquel sorteo, el 75 por ciento de lo recaudado se destinó a premios y el 25 por ciento restante fue para el Estado.

Una lotería patriótica

Casi medio siglo hubo que esperar para que, en 1812, naciera el antecedente directo de la actual Lotería Nacional, la conocida como «Lotería Moderna» , una lotería a espaldas del dominio napoleónico. Con la Guerra de la Independencia, España estuvo dividida en dos partes bien diferenciadas: la controlada por el hermano del emperador, José Bonaparte, y la antifrancesa. Frente a los problemas de liquidez de esta segunda, el Ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciríaco González Carvajal, presentó ante las Cortes Generales y Extraordinarias en Cádiz (sede de la resistencia hispana) un nuevo proyecto de lotería como «un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes».

La intención era recaudar todos los reales que se pudieran con el objetivo de expulsar a las tropas napoleónicas de la península. El sistema del sorteo, según estableció, sería similar al que existía en Nueva España (actualmente México) y que había creado Carlos III . Así, la creación de esta lotería se aprobó el 23 de noviembre de 1811 y el primer sorteo se celebró el 18 de diciembre de 1812. Este primer «gordo de Navidad» se lo llevó el número 03604, y el montante ascendió a 8.000 reales, para una persona que tan solo había invertido 40.

Precisamente por el parecido de su funcionamiento con la lotería instaurado por Carlos III , ambos sorteos fueron bautizados con distintos nombres para diferenciarlos: la más antigua (la de Números) fue denominada «Primitiva» y la nueva, «Moderna». La forma de participar en el sorteo, no obstante, era mucho más enrevesada de lo que es hoy en día. El interesado debía seleccionar los números a los que quería apostar de entre un total de 90. A continuación, elegía la cantidad de dinero y finalmente el tipo de apuesta que realizaría.

Éstas podían ser varias: «extracto simple», en la que el jugador escogía un solo número y obtenía premio en caso de que fuera uno de los cinco extraídos; « extracto determinado », donde además de escoger un número se especificara el lugar en el que sería extraído; «ambo», en la que se debían escoger dos números sobre los que realizar la apuesta; y «terno», en la que se realizaba la apuesta sobre tres números.

En poco tiempo, los sorteos de la Lotería Moderna se comenzaron a celebrar dos veces al mes ante la gran demanda y se oficializó la celebración del sorteo extraordinario de Navidad

A raíz del éxito de esta lotería, surgió una legión de videntes, canallas, bribones y tunantes dispuestos a beneficiarse de la codicia de quienes querían ganar con atajos. Entre los manuales supuestamente matemáticos para acertar los números del sorteo se encontraba « Misterios de la Lotería Primitiva ó el Gitano Cabalista del siglo XIX », escrito por un hombre de etnia gitana que citaba los números que saldrían supuestamente del bombo en los años siguientes obtenidos a través de la magia de las cartas. Incluso afirmaba haber creado un sistema perfecto para ganar llamado «la jugada del diablo».

El cambio de nombre a Lotería de Navidad

En poco tiempo, los sorteos de la Lotería Moderna se comenzaron a celebrar dos veces al mes ante la gran demanda y se oficializó la celebración del sorteo extraordinario de Navidad. En paralelo a este crecimiento, la Primitiva entró en decadencia y fue abolida por la Ley de Presupuestos del 4 de mayo en 1862 , lo cual causó de rebote el cambio de nombre de la Lotería Moderna a la de Billetes , puesto que ya no hacía falta diferenciarla de su competidora. No en vano, los escasos consumidores de la Primitiva formaban parte de las clases populares y fue necesario ajustar el precio de la de Billetes para absorber a esta clientela. Se optó, asimismo, por añadir tres sorteos más y se redujo el precio de la fracción mínima a diez reales en dos sorteos y a cuatro reales en otros tres sorteos. Una disminución radical del precio que dio lugar al formato clásico.

En el sorteo específico de la Lotería Nacional celebrado el 23 de diciembre de 1892 se le cambió el nombre por Lotería de Navidad, aunque el título no apareció impreso oficialmente en los billetes hasta 1897. Hasta entonces a este sorteo específico de las fechas navideñas se le había llamado « prósperos de Premios ». Desde este primer sorteo, fueron los niños del colegio de San Ildefonso, la más antigua de Madrid dedicada la infancia, los encargados de cantar los nombres. Además, a partir de esa fecha también se implantó el sistema de bombos y bolas de madera que se sigue utilizando hoy.

Asimismo, en 1985, el Gobierno recuperó la Primitiva, cuyo sorteo se volvió a celebrar a partir de la publicación del BOE en agosto de ese mismo año. El primer sorteo se realizó el 17 de octubre de 1985 con una excelente recaudación donde las ventas fueron de 473.213.425 pesetas. Desde ese momento, la Primitiva se llevó a cabo los jueves de cada semana.

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