El segundo premio, el 92.845, repartido entre Madrid, Barcelona y media España

La suerte del segundo premio del sorteo extraordinario de la Lotería Nacional se ha repartido entre Barcelona y Madrid. 60 de sus 160 series fueron vendidas en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), en la administración situada en el número 64 de la Rambla Just Oliveras. En total han viajado hasta tierras catalanas 75 millones de euros.

Manel Guirao , responsable de la administración barcelonesa, ha podido por fin descorchar la botella de vino que guardaba desde hace más de una década para celebrar una ocasión como esta. Guirao ha recordado emocionado que hace 14 años, cuando abrió la administración que regenta en la rambla de Just Oliveras, compró la botella que exhibía esta mañana, «de vino del bueno», para descorcharla «si alguna vez dada un premio importante», ha indicado a Efe.

Carmen , una de las agraciadas, explicaba emocionada que compró cuatro décimos del número premiado para repartirlos entre la familia. «El premio ha llegado hasta Extremadura", explicaba. Otra de las ganadoras, que adquirió el premio hace muy pocos días, aseguraba que tenía «la suerte de cara», ya que «me ha tocado la lotería -confesaba- dos veces en una semana: he encontrado trabajo y me ha tocado el segundo premio de la lotería».

Otras 60 series del segundo premio se vendieron en la capital de España, en uno de sus lugares más viajeros: el Intercambiador de Transportes de Avenida de América , en una administración ante la que pasan cada día miles de personas, situada en el primer sótano de las instalaciones.

Su administrador, Victor del Hoyo, explicaba a EP que ningún premiado había acudido a celebrar el premio al lugar y daba por hecho que se ha repartido entre los viajeros. Es el primer gran premio que reparte en sus 14 años de negocio, curiosamente los mismos que lleva abierta la administración de L'Hospitalet antes citada.

Aunque la mayor parte del premio se ha ido a las dos provincias más pobladas de España, el hecho de que el 92.845 se hubiera vendido por ventanilla ha hecho que se haya repartido en hasta 42 provincias de toda España: La Coruña, Santa Cruz de Tenerife, Almería, Toledo, Navarra, Pontevedra, Valencia, Albacete, Alicante, Cáceres, Almería, Córdoba, Gerona, Jaén, Las Palmas, León, Zamora, Álava, Asturias, Ávila, Badajoz, Vizcaya, Burgos, Cádiz, Castellón, Ceuta, Cuenca, Guipúzcoa, Granada, Huelva, Islas Baleares, Jaén, La Rioja, Lugo, Málaga, Navarra, Palencia, Salamanca, Sevilla y Zaragoza han recibido el premio.

En Madrid , por ejemplo, se vendió en Avenida de la Independencia, 20, en San Sebastián de los Reyes; en calle Generalísimo, 13, en Villamanta; y en las calles Quero, Virgen de las Viñas, Arquitectura, Mar Caspio, Cartagena, Pez, Gatzmbide y en la Plaza Pinazo.

En Ciempozuelos, la administración 'afortunada' ha sido la situada en Avenida de Consuelo con Travesía de San Sebastián. También ha vendido el número la administración del Centro Comercial Isla Azul, en Madrid; la de la calle Áncora y plaza Santa Cristina, en la capital; en Maestro Caballero, en Torrejón de Ardoz; en los Paseos de Reina Victoria y de Extremadura, en Madrid; y en el Centro Comercial Centro Oeste, de Majadahonda.

En Almería , un estanco vendió siete décimos del Gordo «a gente que lo necesita, a gente del barrio», ha recalcado a Efe Rosa María Navarro, la lotera que ha repartido la fortuna. «La suerte es para el que tiene la suerte, yo no he cogido ninguno pero me da lo mismo», reiteraba, a la vez que ha explicado que dos de las afortunadas ya han contactado con ella para trasladarle la noticia. «Son dos chicas a las que les hacía mucha falta, que trabajan en la lonja», señalaba.

El 92.845 se hizo esperar mucho. La bola con el premio salía pasadas las 12.30 y lo cantaba la niña de San Ildefonso que protagonizó la anécdota de la jornada en el Teatro Real. Maguette, que así se llama la joven de 12 años, cantaba el número y se resarcía de su lapsus de la primera tabla.

La niña de ascendencia senegalesa había llegado a llorar al inicio del sorteo, cuando durante la primera tabla se equivocó al cantar un número. Llegó a parar el sorteo mientras tomaba aire, un trago de agua y escuchaba el sonoro aplauso del público que abarrotaba el Teatro. Luego, en la antepenúltima tabla del sorteo, pudo resarcirse de este mal momento.