Volt, primer partido paneuropeo que ofrece pragmatismo frente a populismo

El germen de su creación se remonta a 2016, cuando los británicos votaron por la salida de la Unión Europea. La semilla la pusieron un italiano, una francesa y un alemán, que vivían entonces en el Reino Unido. Ante el miedo a que el Brexit se contagiara y pudiera romper la Unión Europea, decidieron crear un partido. Un año después nacía en un congreso celebrado en Ámsterdam Volt Europa. Entre sus principios fundacionales está el de abogar «por un Parlamento Europeo renovado, formado por partidos transnacionales, que tenga el poder de iniciar, modificar y aprobar legislación, haciendo que la gobernanza refleje más los intereses de los ciudadanos que las preocupaciones de los Estados miembros».

En España vio la luz en septiembre de 2018, y el astrofísico Bruno Sánchez-Andrade fue el cabeza de lista de Volt España para las europeas de 2019, consiguiendo 32.000 votos. En aquellos comicios fue elegido un eurodiputado de Volt, el alemán Damian Boeselager. 

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Cinco años después de su creación, lidera la lista por España la cántabra Clara Panella, seguida por el hispano-colombiano Cristian Castrillón, antiguo co-presidente de la formación en nuestro país, con el que ha hablado ABC en Madrid. Volt, que inicialmente se iba a llamar Vox -pero por causas obvias no lo hizo-, eligió esta palabra pues «se entiende en todos los idiomas y significa energía». En cuanto a su ideología, Castrillón asegura que este partido no se sitúa en ningún espectro político, «es nuestra manera de romper con la dinámica de los partidos actuales. No queremos que nos cataloguen como izquierda ni como derecha». La militantes de la formación se consideran «socio-liberales con políticas verdes. Somos el partido más verde de Europa», asegura con orgullo este hispano-colombiano.

(Programa electoral de Volt para las elecciones al Parlamento Europeo 2024)

Nacido en Colombia, los padres de Castrillón tuvieron que emigrar a España tras ser desplazados en su propio país por la violencia interna. Tras regresar durante unos años a su tierra natal, Cristian decidió instalarse de manera definitiva en España para estudiar y trabajar. Recién cumplidos los 18 años, ingresó en las Fuerzas Armadas españolas. Tras pasar diez años en el ejército, realizando misiones con los cascos azules en Senegal, Mauritania o Afganistán, decidió colgar el uniforme.

«En 2014, con el auge de Daesh, tuve una crisis al ver que masacraban a la población civil en países como Siria, Irak... y yo con mi experiencia me preguntaba por qué no podíamos ir a ayudar a la población. Vi una niña con fusil y sentí que yo tenía que defender a esa niña, en lugar de hacerlo ella. Mientras tanto estaba sentado aquí sin poder hacer nada, y la única razón de eso era la voluntad política. Y decidí que tenía que hacer algo». En 2017 dejó el ejército, y conoció, a través de un amigo, la existencia de Volt. «Me pareció una oportunidad porque era un partido muy joven, sin ninguna estructura corrupta ni tóxica, y lo podía ver crecer desde dentro».

Castrillón explica que Volt defiende el ideario liberal en lo económico, «incentivar a las grandes empresas europeas frente a gigantes como Estados Unidos o China»; mientras que en lo social persigue impulsar los derechos LGTBI -«queremos que todos los países de Europa tengan la misma legislación de España»-, están a favor del aborto y también de una renta básica europea, «debido al impacto que la Inteligencia Artificial va a tener en los puestos de trabajo en el futuro», argumenta.

En un panorama político que cada vez está más polarizado, Volt busca romper con esa dinámica, apoyando a los partidos menos radicalizados que «que se ven obligados a pactar con los extremos para poder gobernar». En un momento de mucho ruido, la formación paneuropea ofrece pragmatismo frente a polarización y populismo. «No buscamos tener un gran número de diputados, sino los suficientes para poder establecer lazos que permitan desarrollar políticas más pragmáticas», explica Castrillón.

El partido no pretende ofrecer verdades absolutas e inamovibles. «Nosotros nos basamos en estudios científicos para ver hasta qué punto podemos mejorar la sociedad, y si vemos que falla una propuesta podemos cambiar. No tenemos un pensamiento fijo». Y admite que algunas de las propuestas que quieren llevar a cabo en la UE son complicadas de realizar. «Queremos reformar los tratados, el tema de la unanimidad en el Consejo». Esta medida facilitaría, en su opinión, algunas decisiones, como el ingreso de Ucrania en la Unión Europea, a la que otros países, como Hungría, se oponen, pero que se podría llevar a cabo si fuera aprobado el ingreso por «una mayoría cualificada», afirma Castrillón.

En cuanto a temas candentes como el conflicto entre Israel y Hamás, Castrillón tiene claro la necesidad de «un alto el fuego y la solución de los dos Estados para que Israel y Palestina convivan en la región». Y considera que si bien había que apoyar a Israel tras el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre, cree que la «escalada de violencia israelí (en Gaza) no es comprensible. Si quieres acabar con Hamás, no puedes castigar a la población civil, porque de esa manera estás generando más odio hacia Israel». En su opinión, hay que acabar con Hamás «pero de una forma muy quirúrgica, como sabe Israel, y por otro lado hay que concederle el Estado a Palestina para que viva en paz».

«Crear unas fuerzas armadas europeas bajo control del Parlamento y gestionar conjuntamente la compra de armas», es otro de los puntos del programa de Volt.

Castrillón, exmilitar, defiende la creación de un ejército Europeo. «Podemos ser mucho más eficientes si tenemos un ejército unificado. Al hacer una comparativa, hay un desequilibrio en la OTAN en cuanto a presupuestos. El de EE.UU. es más de la mitad que el que aporta el resto de los miembros de la Alianza. Si nosotros juntamos todos los presupuestos de Defensa de los Estados miembros, no superaríamos a EE.UU. pero se acercaría a un tercer puesto a nivel mundial. Y esto haría que nosotros fuéramos más eficientes. Tener muchos sistemas diferentes dentro de la UE es completamente ilógico desde una perspectiva logística», señala.

Y añade: «Si entramos en conflicto con Rusia, esperemos que no, gestionar 27 sistemas diferentes va a ser muy difícil. Nosotros queremos implementar medidas para tener un solo Leopard, o un Eurofighter...». Si bien lo ve complicado, no cree que sea algo utópico «aunque si tendrán que pasar muchos años», concede. «Tenemos que dejar a un lado la competencia entre países, porque nosotros -los países europeos- somos muy pequeños frente a otros como China, Rusia o EE.UU.».

Para lograr un escaño en el Parlamento Europeo, Volt España debería obtener entre 260.000 y 300.000 votos este domingo.