Vilna se viste de Ucrania: todo en la cumbre recuerda a un aliado que quiere serlo en pleno derecho

En la calle, comercios y edificios de todo tipo exhiben más banderas de Ucrania que de Lituania. El azul y amarillo reinan en Vilna, definitivamente. «Welcome Sweden, welcome Ukraine», se lee en uno de los edificios principales.

Ya en el centro de la ciudad, un escenario de conciertos tiene un lema singular: «#UkraineNATO33», haciendo alusión a que el país que lidera Volodímir Zelenski se convertirá un día en el trigésimo tercer país de la OTAN, dando por sentado que Suecia será el trigésimo segundo, por cierto. Exposiciones fotográficas, actuaciones callejeras o encuentros de 'think tanks' recuerdan, sobre todo, que Ucrania está en guerra y debaten sobre su futuro en la Alianza.

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Son detalles con lo que la organización ha querido evidenciar su total apoyo a Ucrania como futuro miembro de pleno de derecho de la OTAN. Y si es posible con una negociación por la vía rápida, como Finlandia, algo de lo que recelan EE.UU. o Alemania. «Aún transcurren las negociaciones», recordó ayer el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Esta es la gran cuestión de una cumbre que contará con la presencia del presidente ucraniano para inaugurar el Consejo OTAN-Ucrania, órgano de nueva creación pergeñado para allanar el camino ucraniano hacia la OTAN y tratar cuestiones futuras en próximas cumbres o reuniones en Bruselas. El propio Stolteneberg y Zelenski ofrecerán una rueda conjunta mañana a las 11.35 hora española.