Ucrania ataca la línea férrea rusa para obstaculizar la llegada al frente de armamentos y pertrechos

Quince minutos después lo ataques se extendieron al cruce ferroviario de Zmievka-Glazunovka, en la región de Oriol, en donde también un transformador fue alcanzado por un aparato aéreo no tripulado lanzado por Ucrania. Baza informa que, como resultado del bombardeo, quedó cortado el fluido eléctrico en la catenaria y dos trenes que circulaban desde Moscú a Bélgorod y a Lgov quedaron retenidos durante unas horas. En ninguno de estos ataques se produjeron víctimas.

El Ministerio de Defensa ruso aseguró que la defensa antiaérea derribó durante la noche doce drones ucranianos en cinco regiones de Rusia: Briansk (cinco drones), Krasnodar (tres), Rostov del Don (dos), Kursk (uno) y Bélgorod (uno). La publicación Meduza señala que, según las autoridades regionales, también fueron atacadas zonas que el Ministerio de Defensa ruso no mencionó.

Noticia Relacionada

EE.UU. no ve «señal alguna» de que Rusia se prepare para usar armas nucleares en Ucrania, pese a las amenazas de Putin

Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, cree que a pesar de la «retórica imprudente» de Rusia no hay motivos de alarma

Así, en la región de Oriol, según su gobernador, Andréi Klichkov, «durante la neutralización de los aparatos no tripulados resultaron dañadas las instalaciones de infraestructuras energéticas en los distritos de Glazunovski y Sviérdlovsk». En la región de Smolensk, como afirmó el gobernador, Vasili Anojin, «el enemigo intentó dañar una instalación de infraestructura energética en Roslavl».

En la madrugada del miércoles, la refinería de petróleo de Rosneft en la región de Riazán, una de las más importantes del país, resultó alcanzada en un ataque con drones, según declaró el gobernador, Pável Málkov. Desde comienzo de año, están siendo atacadas refinerías y depósitos de combustible en distintas regiones rusas. Según la agencia Reuters, al menos siete factorías dejaron de producir en el primer trimestre de 2024. Debido a los ataques a las refinerías, Rusia aumentó las compras de gasolina a Bielorrusia y también pidió suministros a Kazajistán.

Por otro lado, el Departamento de Estado norteamericano acaba de acusar a Rusia una vez más de haber utilizado armas químicas durante su ofensiva en Ucrania. A través de un comunicado el departamento diplomático estadounidense sostiene que, de esa forma, Moscú ha violado la Convención sobre Armas Químicas, aunque no especifica dónde y cuándo las tropas rusas hicieron ruso de esas sustancias. Igualmente, el Departamento de Estado asegura que el Ejército ruso ha utilizado «agentes antidisturbios» en Ucrania, también prohibidos por la Convención sobre Armas Químicas. «El uso de tales productos químicos no es un incidente aislado y probablemente esté impulsado por el deseo de las fuerzas rusas de desalojar a las fuerzas ucranianas de posiciones fortificadas y lograr avances tácticos en el campo de batalla», subraya el Departamento de Estado en la nota difundida este miércoles.

El embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antónov, ha rechazado las acusaciones «sin fundamento» de Washington. Exactamente del mismo modo se acaba de pronunciar el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en una rueda de prensa. «Hemos visto noticias sobre esto. Como siempre, estas acusaciones parecen absolutamente infundadas y no están respaldadas por nada. Rusia ha estado y sigue comprometida con sus obligaciones según el derecho internacional en este ámbito», declaró Peskov este jueves.

Durante la actual guerra, el Ejército ucraniano ha acusado repetidamente a Rusia de utilizar armas químicas.

Rusia informó oficialmente de la destrucción de sus arsenales de armas químicas en 2017. Sin embargo, Serguéi Skripal fue envenenado en el Reino Unido en 2018, al igual que Alexéi Navalni en 2020 en Siberia. Posteriormente, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) confirmó que en ambos casos se utilizaron agentes químicos del grupo Novichok, sustancia química de uso militar desarrollado en la URSS. Las autoridades rusas siempre han negado su participación en estos envenenamientos.