Trump aplasta a sus rivales en Iowa y refuerza su favoritismo en las primarias republicanas

El triunfo en Iowa refuerza el favoritismo del ex presidente estadounidense para alzarse con la nominación republicana y constata que su ascendencia sobre el electorado de su partido se ha mantenido

Qué son los caucus en las elecciones primarias de Estados Unidos: cómo funcionan y por qué son importantes

¿Qué significa Iowa en el ciclo electoral más amenazador para la democracia de EE.UU.?

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump Christian MONTERROSA / AFP

Javier Ansorena

Enviado especial a Des Moines (Iowa)

Habían pasado solo 31 minutos de las siete de la noche de este lunes en Iowa (madrugada del martes en España) y la agencia de noticias AP, el medio más fiable en proyecciones electorales, ya anunciaba la victoria de Donald Trump en los caucus del ... estado que inaugura las primarias republicanas. En muchos de los caucus, la fórmula arcaica de primarias en reuniones vecinales, que habían arrancado a las siete, todavía no se había votado y los móviles se encendían con la noticia de que ya había ganador.

La velocidad en anticipar la victoria del expresidente de EE.UU. anticipaba un resultado contundente. Y así fue: Trump aplastó a sus rivales con un resultado histórico, en el que consiguió el 51% de los votos.

 Muy lejos de él quedaron sus dos principales rivales. Ron DeSantis logró aguantar el segundo lugar por la mínima ante Nikki Haley. El gobernador de Florida, que había puesto todo su músculo de campaña en Iowa, solo logró el 21% de los votos. Hale, exgobernadora de Carolina de Sur y exembajadora ante la ONU, que trataba de aprovechar cierto impulso en las encuestas en las últimas semanas, se quedó en el 19% de los apoyos.

El cuarto aspirante con cierta presencia en las encuestas, el multimillonario emprendedor Vivek Ramaswamy, no pasó del 8% y ofreció un discurso con dos anuncios: la suspensión de su campaña y su respaldo al caballo ganador, el de Trump.

El resultado confirma el favoritismo absoluto en las primarias del expresidente, que llegó a la cita electoral con mucha distancia en las encuestas y sin despeinarse. Mientras sus rivales se han esforzado en visitar todos los condados de Iowa, se han multiplicado en eventos con un puñado de votantes, han tocado puertas, se han desgastado la mano en apretones y la boca en sonrisas, Trump ha venido un puñado de veces. Eso sí, con mítines multitudinarios.

El multimillonario neoyorquino celebró su victoria en un espacio de eventos del centro de Des Moines, la principal ciudad del estado. Subió al escenario rodeado de su equipo -empezando por dos de sus hijos, Eric y Donald Jr.- y con un fondo de banderas de EE.UU. El ambiente era de euforia y su discurso pareció por momentos la celebración de una victoria presidencial: «Realmente creo que es el momento de que todo el mundo, nuestro país, nos unamos».

No fue vindicativo con sus rivales, y solo les castigó con su guasa: «Felicito a Nikki y a Ron por estar pasando un buen rato juntos». La victoria incontestable en Iowa es la última prueba de que el partido republicano sigue en manos de Trump. Tras las turbulencias de su intento de dar la vuelta a los resultados de las elecciones de 2020, las que perdió frente a Joe Biden, y tras el asalto al Capitolio por una turba de sus seguidores, parecía que el partido podría pasar página con el 'trumpismo'.

No fue así, y las causas penales que le persiguen desde el año pasado solo han sido el combustible que Trump necesitaba para renovar su ascendencia sobre el electorado republicano.

«El gato ya está en el saco»

«Este resultado demuestra que todos los republicanos nos debemos unir ahora alrededor de Trump y centrarnos en la siguiente batalla, ganar la elección general a Joe Biden», aseguraba Randy Pérez, 'capitana de caucus' de Trump en una de votación vecinal en la localidad de Clive, a la que asistió este periódico. Fue uno de los 1.657 caucus que se celebraron en los 99 condados de Iowa, en los que los vecinos doblegaron una sensación térmica de -35 para asistir a las votaciones, los caucus más fríos de la historia. Trump pintó con el color de su campaña 98 de esos condados. Solo se escapó el de condado de Johnson, que Haley le ganó por un solo voto.

«El mensaje de estos caucus es que el gato ya está en el saco», decía a ABC Joel Tenney, un reverendo evangélico que ha impulsado a Trump entre su comunidad. «Las bases MAGA ('Make America Great Again', 'Hacer a EE.UU. grande otra vez', el lema de Trump) son insuperables, gente que espera durante horas para verle con temperaturas gélidas. El mensaje es que Trump es el hombre del momento y el hombre para hacer este trabajo».

Esa era el objetivo de la campaña de Trump: una victoria arrolladora que frenara en seco cualquier esperanza de sus rivales. La diferencia es histórica -ningún candidato había logrado superar el umbral del 50% de los votos aquí- y solidifica la idea de que las opciones que les quedan a DeSantis y Haley por ganar las primarias son minúsculas.

La próxima cita, el martes que viene en New Hampshire, apunta a ser la última oportunidad para que alguno de los dos -Haley tiene aquí más opciones- despunte y demuestre que la nominación republicana a la presidencia todavía no se puede adjudicar a Trump.

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