Trump tenía más de 300 documentos clasificados en Mar-a-Lago, algunos de máximo secreto

El expresidente exige un peritaje judicial para la revisión de los materiales incautados

El expresidente estadounidense, Donald Trump, saliendo de la Trump Tower Reuters

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

Las autoridades han recuperado documentos clasificados de la residencia de Donald Trump en Palm Beach (Florida) en tres ocasiones en lo que va de año: cuando devolvió quince cajas con materiales a los Archivos Nacionales en enero, durante una visita de investigadores en junio ... y durante el polémico registro por parte de agentes del FBI a comienzos de este mes. En total, se han incautado más de 300 documentos clasificados de Mar-a-Lago, el club privado y mansión del expresidente, según ha publicado 'The New York Times'.

La recuperación de esos documentos se ha producido después de meses de tira y afloja entre Trump y los Archivos Nacionales, el organismo encargado de preservar todos los materiales de cada presidencia. Según la Ley de Documentos Presidenciales, todos los materiales que llegan o salen del presidente en ejercicio de sus funciones deben ser archivados.

La demora, la oposición o la incapacidad de Trump para cumplir con la ley y devolver decenas de cajas con documentos sensibles que se llevó de manera irregular a Mar-a-Lago después de abandonar la Casa Blanca en enero de 2021 están en el centro de la última investigación criminal alrededor del expresidente: él la califica de «persecución política» por parte del Gobierno de su sucesor, Joe Biden, y de su Departamento de Justicia.

Con el paso de las semanas, se conocen nuevos detalles sobre qué tipo y cantidad de documentos estaban en posesión de Trump. Este lunes por la noche, un periodista aliado del expresidente, John Solomon, reveló en su web 'Just the News' una carta enviada en mayo por la directora de los Archivos Nacionales, Debra Steidel, a uno de los abogados de Trump, Evan Corcoran.

Documentos del máximo secreto

En ella, Steidel detalla que en las primeras quince cajas que el expresidente devolvió a los Archivos Nacionales después de meses de exigencias había 700 páginas de documentos clasificados, incluido «materiales del programa de acceso especial», que forman parte de la clasificación de más alto secreto en el Gobierno de EE.UU.

Solomon relevó el documento -que ayer discutió en el podcast de Stephen Bannon, el que fuera director de campaña y estratega jefe de Trump en la Casa Blanca- para implicar a Biden en la investigación de esos documentos. Steidel explica en la carta que no estaba de acuerdo en la pretensión de Trump de que tenía «privilegio ejecutivo» sobre los documentos y exigía tiempo para revisarlos, ya que ese privilegio estaba en manos del actual presidente. Biden «defirió» a Steidel la decisión sobre si Trump tenía o no privilegio sobre los documentos, que tomó la decisión, tras consultas con el Departamento de Justicia, de no concederlo.

Trump aprovechó las revelaciones para defender que la Casa Blanca mintió cuando dijo que no estaban implicados en el asunto -Biden y su oficina así lo dijeron sobre el registro en la mansión-, que «sabían todo» y que «lideraron el ataque» contra su persona.

Más allá de las declaraciones de Trump, es un misterio por qué se opuso a devolver documentos clasificados. Tras esa entrega en enero y las negociaciones en primavera entre los abogados de Trump y los Archivos Nacionales, que sospechaban que había más documentos sensibles sin entregar, los investigadores visitaron Mar-a-Lago en junio y los abogados del expresidente les dieron solo un fajo de documentos. Christina Bobb, abogada de Trump, firmó un documento en el que aseguraba que no había más material clasificado «hasta donde tengo conocimiento».

Los investigadores pidieron también grabaciones de las cámaras de vigilancia en Mar-a-Lago y, según el diario neoyorquino, detectaron movimientos preocupantes de cajas en zonas donde había documentos. Finalmente, el FBI solicitó un registro, un juez federal lo concedió y se incautaron otras dos docenas de cajas, con once grupos de documentos clasificados, uno de ellos de alto secreto.

Trump ha insistido en que en todo momento cooperó con las autoridades y ha dado versiones diferentes sobre los documentos. Según el expresidente, dio una orden general de desclasificar cualquier material que saliera de la Casa Blanca hacia Mar-a-Lago.

Esta semana ha dado el paso de solicitar que el juez nombre un perito judicial para que revise los documentos y decida si hay materiales que deben quedar fuera de las manos del Gobierno por privilegio ejecutivo. Sus abogados dicen en el escrito que los cuerpos policiales deben ser un «escudo que protege a los estadounidenses», no un «arma con motivación política».

Todas las claves del caso quedarían descubiertas con la publicación del afidávit con el que el FBI justificó ante el juez la necesidad del registro en casa de Trump. Lo han solicitado varios medios de comunicación estadounidense y el magistrado decidirá sobre ello esta semana. El Departamento de Justicia se opuso a la publicación porque perjudicaría una investigación en marcha y el juez ya decidió que solo permitirá una publicación con censura limitada del texto que, reconoció él mismo, lo dejará «sin sentido» para entender las motivaciones del registro.

Trump dijo la semana pasada que estaba a favor de la publicación completa del afidávit. Sin embargo, sus abogados no lo han solicitado de manera formal.

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