Trump convierte la imputación en acto de campaña: «Soy el único que puede salvar esta nación»
El expresidente de Estados Unidos promete que habrá represalias cuando llegue a la Casa Blanca
Mitad protesta, mitad espectáculo: «Esto echa más gasolina al fuego»
Fotogalería: la jornada histórica, tensa y con sabor cubano de Donald Trump en Miami
Enviado especial a Miami
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Iniciar sesiónDonald Trump demostró este martes que utilizará sus problemas legales, por muy serios que sean, en su principal combustible en la campaña electoral hacia 2024. El multimillonario neoyorquino fue imputado al mediodía en los juzgados federales de Miami de 37 delitos relacionados con ... la retención deliberado de documentos clasificados de defensa y obstrucción a la acción de la justicia.
Es una acusación por la que, si se le llega a condenar, podría pasar el resto de su vida -este miércoles cumple 77 años- en la cárcel. Pero el expresidente no tiene la vista puesta en eso, sino en regresar a la Casa Blanca: para cuando EE.UU. se iba a acostar el martes, Trump ya se había dado un baño de multitudes a la salida de los juzgados, había parado en el restaurante cubano de Miami por el que pasan todos los candidatos político («¡comida para todo el mundo!», gritó), había aprovechado la imputación para pedir contribuciones monetarias a su campaña y había dado un mitin.
Esto último ocurrió de vuelta en su residencia principal de verano, en su club de golf de Bedminster, en New Jersey. Entre columnas blancas griegas y banderas estadounidenses que hacían recordar a la Casa Blanca, Trump dio un discurso corto pero agresivo, en el que insistió en la idea manida de su persecución política, pero con un tono casi apocalíptico.
«Interferencia electoral»
«Hoy hemos sido testigos del abuso de poder más atroz y malvado de la historia de nuestro país», dijo a un público de seguidores, políticos y donantes. «Es muy triste ver a un presidente corrupto en su cargo arrestar con cargos falsos a su principal rival político», dijo sobre Joe Biden. «Esto se llama interferencia electoral», añadió Trump, que es el favorito en las primarias republicanas para tener la nominación del partido para las presidenciales del año que viene.
«Si los comunistas se salen con la suya en esto», aseguró en referencia a Biden y sus aliados políticos, «no pararán conmigo. No dudarán en intensificar su persecución de los cristianos, los activistas contra el aborto, los padres que van a los consejos escolares o incluso candidatos republicanos en el futuro». Pero proclamó: «Soy el único que puede salvar a esta nación».
«Quieren quitarme mi libertad porque yo nunca dejaré que os arrebaten la vuestra», añadió el expresidente, que calificó al fiscal especial que ha investigado su caso, Jack Smith, de «matón» y «demente».
Fue un discurso con las falsedades e inexactitudes habituales sobre las bases legales de las acusaciones que enfrenta y sobre el «doble estándar» que sostiene que se ha tenido con él respecto a otros mandatarios, como Hillary Clinton, Joe Biden o su propio vicepresidente, Mike Pence.
Trump aseguró que lo que se llevó de la Casa Blanca a Mar-a-Lago, su residencia y club privado en Florida, tras dejar la presidencia eran sus «papeles presidenciales» y que «bajo la Ley de Registros Presidenciales yo tenía todo el derecho a tener esos documentos».
La ley sobre Archivos Nacionales
Pero esa ley establece que los Archivos Nacionales deben custodiar los documentos relacionados con el ejercicio de la presidencia, excepto los que sean personales, pero Trump se resistió durante meses a devolverlos. Y muchos de los documentos que se quedó no eran personales: había material clasificado, secretos de defensa, documentos nucleares, planes de ataque a otros países, entre otros.
«Hillary Clinton violó la ley y no fue imputada. Joe Biden violó la ley y todavía no ha sido imputado. Yo lo hice todo bien y me han imputado», protestó. Clinton fue investigada por el uso de un correo electrónico personal cuando era secretaria de Estado y por no borrar miles de emails de trabajo tras dejar el cargo. Pero el FBI consideró que no requirió imputación, algo que fue apoyado por un informe del inspector general en 2018, con Trump en el poder.
Biden, por su parte, está siendo investigado porque también se quedó con documentos clasificados de su etapa como vicepresidente y esa causa sigue en curso. Al igual que Pence, cuya investigación ha finalizado sin cargos. Pero a Trump no se le acusa de haberse quedado con documentos clasificados, sino de retenerlos de forma deliberada, oponerse a devolverlos y obstruir la acción de la justicia con ese propósito.
Desde Bedminster, Trump prometió represalias. Aseguró, como había adelantado antes por redes sociales que nombrará un fiscal especial cuando regrese a la Casa Blanca para investigar a Biden y su familia. «¡Enciérralo!», corearon los asistentes, en un lema que se cantaba en la campaña de 2016, la que llevó a Trump a la victoria, sobre Hillary Clinton.
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