Serguéi Shoigú: un viejo amigo de Putin en desgracia

Prigozhin acusa al titular de Defensa y al jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Valeri Guerásimov, de los fallos de suministro y municiones y les responsabiliza directamente de las muertes de «decenas de miles de rusos». El líder de los mercenarios critica también que la cúpula militar rusa menosprecia los méritos de sus soldados.

Pero la campaña ucraniana no es la primera en la que los Wagner choca con Defensa. Su mala relación se remonta a la guerra de Siria, en la que Prigozhin ya acusaba a Shoigú, titular del ramo desde 2012, de utilizar «métodos arcaicos», según recoge la agencia AFP.

La posible caída de Shoigú será, sin duda, un duro golpe para Putin, que le consideraba no sólo a un aliado político, sino también no de los pocos amigos que tiene en el Kremlin. Juntos han tomado el sol a pecho descubierto en la remota Siberia, han compartido vacaciones de pesca e incluso han jugado en el mismo equipo de hockey.

Originario del sur de Siberia, el ministro de Defensa es de los pocos dirigentes no étnicamente rusos que han ocupado un alto puesto en Moscú desde el colapso de la URSS. La carrera de este ingeniero civil -que se graduó del Instituto Politécnico de Krasnoyarsk en 1977- despegó en 1994, cuando fue nombrado ministro de Situaciones de Emergencia en los primeros años de la presidencia de Boris Yeltsin. Pronto se convirtió en uno de los políticos más reconocibles para los rusos, ya que viajó por todo el país para lidiar con desastres de todo tipo, desde accidentes de avión hasta terremotos.

Tras servir bajo una decena de primeros ministros con la misma cartera, Shoigú, que según 'The Siberian Times' habla nueve idiomas con fluidez, fue nombrado gobernador de la región de Moscú en abril de 2012. Apenas estuvo unos pocos meses en el cargo, ya que en noviembre de 2012 se convirtió en ministro de Defensa. Al poco tiempo fue nombrado general aunque no tenía experiencia militar de alto nivel.

En 2014, lideró la actuación rusa en la guerra del Donbass, Ucrania abrió una causa penal contra Shoigú por ayudar a formar «grupos militares ilegales» en Ucrania oriental. Un año más tarde supervisó también la intervención rusa de 2015 en Siria.

Pese a sus galones (a ojos del Kremlin) y su viaja amistad con Putin, dicen que ya sólo se ve con el presidente ruso para hablar del frente. No se sabe si por mucho tiempo.