¿Un presidente entre rejas? ¿Podría Trump recuperar el poder desde la cárcel?

Nada impide al multimillonario neoyorquino presentarse y ganar las elecciones del año que viene aunque esté condenado

Si recupera la Casa Blanca, podría plantearse una suspensión de su sentencia o regalarse a sí mismo un indulto presidencial

Trump es arrestado en Miami y se declara inocente de todos los cargos

El expresidente de Estados Unidos y aspirante a la presidencia en 2024, Donald Trump, habla en la Convención Estatal del Partido Republicano de Georgia en Columbus, Georgia, el 10 de junio de 2023 afp

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

Con los primeros pasos de la campaña electoral para las presidenciales de 2024, hay dos cosas que están claras: que Donald Trump es el favorito indiscutible para hacerse con la nominación del partido republicano; y que, ante la batería de imputaciones e investigaciones ... que le asedian, cada vez es más probable que las primarias coincidan con posibles condenas. Es decir, la campaña avanza hacia un escenario en el que Trump será, a la vez, candidato a la presidencia y convicto. Por la seriedad de los delitos de los que se le acusa, no es imposible pensar que el 5 de noviembre del año que viene, cuando los estadounidenses vayan a las urnas, el nominado de uno de los dos grandes partidos de la primera potencia mundial esté entre rejas.

¿Puede concurrir Trump a las elecciones si está condenado? La respuesta inmediata: sí. Los constitucionalistas de EE.UU. han dejado claro desde que Trump ha recibido imputaciones penales que no hay nada que le impediría presentarse a presidente con una condena, incluso si es grave y supone muchos años de cárcel.

La Constitución de EE.UU. es clara sobre los requisitos que debe tener un candidato a la Presidencia: tener al menos 35 años, ser ciudadano estadounidense de nacimiento y haber vivido en el país al menos 14 años. Está también por ver en qué situación penitenciaria llega Trump a las elecciones. De momento, ha recibido imputaciones por dos casos.

La primera, el pasado abril, en Nueva York, por falsificaciones de documentos financieros relacionados con los pagos para silenciar una relación extramatrimonial con una actriz porno poco antes de las elecciones de 2016. Son cargos de naturaleza estatal y que conllevarían una pena de cárcel corta, por lo que presumiblemente Trump, que no ha sido condenado en el pasado, se libraría de entrar en prisión.

Ese no sería el caso en su imputación más reciente, la que ha recibido esta semana en Miami por el escándalo de la retención de documentos clasificados. Cada uno de los 37 cargos federales que se presentaron contra él tienen penas importantes de prisión. Se calcula que, según las directrices penitenciarias, la pena más probable si resulta condenado estaría entre los 17,5 y los 22 años de prisión. A sus 77 años, para Trump sería en esencia una cadena perpetua.

Y todavía quedan otras dos investigaciones federales en marcha -una en Georgia, otra en Washington, ambas relacionadas con su intento de dar la vuelta a los resultados electorales en 2020- que podrían agravar todavía más la factura penitenciaria del expresidente.

No hay duda de que Trump podría concurrir a las elecciones por muy condenado y encarcelado que esté. Se ha hecho en el pasado -Eugene Debs, el líder del Partido Socialista, se presentó en 1920 desde la cárcel y consiguió un millón de votos- y se sigue haciendo en la actualidad: Joseph Maldonado-Passage, más conocido como Joe Exotic, un personaje excéntrico que se convirtió en sensación en EE.UU. y más allá por la serie de Netflix 'Tiger King', se ha presentado para 2024 mientras cumple una sentencia de 21 años (entre otras cosas, por contratar el asesinato de la otra gran protagonista de esa serie, Carole Baskin).

Es más complicado anticipar qué ocurriría si Trump ganara la Casa Blanca desde la cárcel. Una posibilidad sería que los miembros de su gabinete invocaran la 25ª Enmienda y le declararan incapaz para el cargo por su situación penal. Pero Trump se cuidaría mucho de colocar en su equipo de gobierno a personas inclinadas a ello.

Un rompecabezas

La cuestión se ha convertido en un rompecabezas para los constitucionalistas. Una posibilidad es que, una vez en la presidencia, utilizara su poder ejecutivo para aprobar su propio indulto (sería solo para delitos federales, no para los estatales). También se discute si es posible postergar la sentencia mientras ejerce la presidencia: algunos expertos defienden que el ejercicio del cargo se impondría al cumplimiento de la condena.

En cualquier escenario, hay algo evidente: nadie querrá ganar la elección tanto como Trump. Se juega volver a la Casa Blanca y, si resulta condenado, librarse de la cárcel.

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