Portugal se queda oficialmente sin Parlamento

Dentro de 55 días, los portugueses podrán acudir de nuevo a las urnas para elegir a sus diputados para una nueva legislatura. La disolución se ha publicado esta mañana en el Diário da República.

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A partir de hoy y hasta las elecciones, funcionará la Comisión Permanente, un órgano con menos diputados y poderes limitados, presidido por el Presidente de la Asamblea de la República, Augusto Santos Silva, e integrado por los vicepresidentes, Edite Estrela (PS) y Adão Silva (PSD) y diputados designados por todos los partidos, según su representación en la Asamblea.

Además, la comisión estará formada por 43 diputados que garantizarán la transición: 22 del PS, 13 del PSD, dos de Chega, dos de Iniciativa Liberal y uno de cada uno de los demás partidos con escaños parlamentarios: el Partido Comunista, el Bloque de Izquierda, el PAN y Livre.

Este grupo de diputados se encarga de velar por el cumplimiento de la Constitución, el marco legal y supervisar las actividades del gobierno en funciones, con vistas a reanudar los trabajos tras las elecciones.

La disolución del Parlamento había sido anunciada por el Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, el 9 de noviembre, en una declaración a la nación, tras haber recibido en Belém al Consejo de Estado, cuya mayoría era contraria a la disolución, y a los representantes de los partidos.

Tras la dimisión de António Costa, varios dirigentes socialistas y el propio Primer Ministro dimisionario defendieron el nombramiento de un nuevo Gobierno con un nuevo Primer Ministro, sin convocar elecciones anticipadas, en nombre de la «estabilidad nacional». El Presidente de la República decidió devolver «sin miedo» la «palabra al pueblo».

La disolución se produce después de que António Costa dimitiera por ser objeto de una investigación autónoma del Tribunal Supremo de Justicia en el marco de la Operación Influencer, por sospecha de delitos de prevaricación, corrupción activa y pasiva de un cargo político y tráfico de influencias en los negocios del litio y del hidrógeno verde.

Se trata de la novena disolución de la Asamblea de la República desde el 25 de abril de 1974 y la segunda decretada por Marcelo Rebelo de Sousa. El jefe del Estado tomó la disolución como una «decisión propia» y la justificó por la «naturaleza del voto en las elecciones de 2022, personalizada en el primer ministro».

«La formación de un nuevo gobierno con la misma mayoría y cualquier otro primer ministro sin la legitimidad del voto popular» sería una señal de la «debilidad» del sistema democrático, explicó Rebelo de Sousa el 9 de noviembre.