La policía alemana detiene a un funcionario del Ejército que espiaba para Rusia: «La situación es grave»
«El pasado mayo se dirigió por su propia iniciativa en varias ocasiones al Consulado General de Rusia en Bonn y a la Embajada de Rusia en Berlín y les ofreció su cooperación», ha informado la Fiscalía
Foto de archivo de una investigación de la policía alemana
Estaba destinado al departamento actualmente más activo del ejército alemán, el encargado de compras armamento y nuevos equipos para la Bundeswehr con el presupuesto extraordinario de 100.000 millones de euros habilitados por el gobierno de Olaf Scholz y de las pruebas de ... armamento y coordinación de maniobras militares. Y desde su puesto, Thomas H. realizaba labores de espionaje para Rusia. El funcionario del Ministerio de Defensa alemán fue detenido el 27 de julio en Coblenza, según informa ahora la Fiscalía Federal del Estado, a petición del juez de instrucción del Tribunal Federal. La policía registró su domicilio y su puesto de trabajo en la Agencia Federal de Equipos y Tecnologías de la Información de la Bundeswehr, dependiente del Ministerio de Defensa.
«A partir de mayo de 2023, se dirigió por su propia iniciativa en varias ocasiones al Consulado General de Rusia en Bonn y a la Embajada de Rusia en Berlín y les ofreció su cooperación», ha informado la Fiscalía, «y al menos en una ocasión transmitió información obtenida en el ejercicio de su actividad profesional, con el objetivo de trasladarla a un servicio secreto ruso». Cabe destacar que ese primer contacto a iniciativa del funcionario alemán fue convocado por correo electrónico, un medio extraordinariamente fácil de rastrear y que no concuerda con las prácticas habituales de los servicios de inteligencia.
La investigación, que ha resultado en el arresto del funcionario, se llevó a cabo en cooperación con los servicios de inteligencia militar y el servicio secreto alemanes del Interior, la Agencia para la Protección de la Constitución (BfV). Tras una primera comparecencia del detenido ante el juez de instrucción, que tuvo lugar ayer, 9 de agosto, fue ordenado su ingreso en prisión preventiva. Es el caso más llamativo desde el seguramente mayor escándalo de espionaje en la historia reciente de Alemania, cuando en diciembre de 2022 un jefe de departamento del Servicio de Información Federal (BND), la inteligencia alemana, fue arrestado en Berlín, acusado de alta traición por transmitir información clasificada como secreta. del estado a la inteligencia rusa.
«Agravada situación de seguridad»
La ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, reconoce que esta última detención denota una «agravada situación de seguridad en Alemania». Faeser ha elogiado el trabajo de las autoridades y de la Fiscalía, pero ha advertido que la amenaza sigue presente. «La guerra de agresión rusa contra Ucrania también ha cambiado la situación de seguridad en Alemania», ha dicho Faeser en una primera reacción, en declaraciones al grupo Funke. «La amenaza del espionaje, las campañas de desinformación y los ciberataques ha tomado otra dimensión», describe la situación actual a la que su departamento debe dar respuesta.
«Hemos unido fuerzas y aumentado las medidas de protección para armarnos contra las amenazas actuales», ha afirmado, «el caso muestra que nuestras fuerzas de seguridad están vigilando el espionaje ruso en Alemania y están tomando medidas consistentes contra él». «Nuestras autoridades de seguridad están extremadamente atentas» contra un «nivel permanentemente alto» de espionaje ruso en Alemania.
«Especialmente en tiempos de guerra, el liderazgo del Kremlin depende del trabajo de los servicios de inteligencia rusos», ha destacado Faeser. Para contrarrestar sus actividades en Alemania, el gobierno federal ha tomado medidas drásticas.
«Esto se aplica en particular a la expulsión de diplomáticos rusos que fueron asignados a los servicios de inteligencia rusos», apunta, y se refiere a una nueva mentalidad y estado de alerta que exige la actual situación de seguridad. Sus afirmaciones se sitúan en la misma línea que las del jefe del BND, Bruno Kahl, que asegura que «la era de la ingenuidad ha terminado». Desde el inicio del ataque de Rusia a Ucrania, el Servicio Federal de Inteligencia ha estado en demanda como no lo había estado desde la Guerra Fría y ha elevado sus estándares internos de seguridad para evitar filtraciones. «Es difícil mirar detrás de la frente de un empleado cuando cambia en secreto, o protegerse contra la energía criminal de los individuos», ha dicho Kahl, «pero una cosa está clara: si el manejo de las precauciones de seguridad se vuelve descuidado, entonces ese caso es más fácilmente posible».