Pocos lamentos en EE.UU. por la muerte del presidente iraní Raisi, conocido como el «carnicero de Teherán»

Según dijo el Departamento de Estado en un comunicado, «EE.UU. expresa sus condolencias oficiales por la muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi; el ministro de Relaciones Exteriores, Amir Abdollahian; y otros miembros de su delegación en un accidente de helicóptero en el noroeste de Irán. Mientras Irán elige un nuevo presidente, reafirmamos nuestro apoyo al pueblo iraní y su lucha por los derechos humanos y las libertades fundamentales».

En el Capitolio, libres de ataduras diplomáticas, diputados y senadores fueron más incisivos. Por ejemplo, Marco Rubio, republicano de Florida, dijo que no había nada que lamentar: «El régimen en Teherán ha perdido a uno de sus más sangrientos extremistas. Desde antes de su elección presidencial fraudulenta, el presidente Raisi sometió al pueblo iraní a años de represión y dejó atrás un reinado de terror. Desde su apoyo al terrorismo internacional, los asesinatos en masa del pueblo iraní y otros abusos de derechos humanos, el mundo no olvidará pronto las atrocidades de Raisi».

No pocos políticos de EE.UU. se solían referir a Raisi por su apodo, «carnicero de Teherán», ganado en su anterior etapa como jefe del Poder Judicial, desde el que dictó miles de ejecuciones sumarias por decreto religioso. En 2019, dos años antes de su ascenso a la Presidencia en una elección amañada por los ayatolás, Raisi fue sancionado por el Departamento del Tesoro de EE.UU. debido a su papel en graves abusos contra los derechos humanos y por apoyar las acciones opresivas del régimen iraní. Raisi fue implicado en supervisar ejecuciones de menores de edad y en la tortura sistemática de prisioneros antes de sentencia.

Apenas en septiembre, los republicanos pidieron a Biden que impidiera a Raisi la entrada en EE.UU. para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas por sus órdenes de ejecución y haber pedido el asesinato del expresidente Donald Trump. Raisi fue a Nueva York y en un agitado discurso en el que proponía un nuevo orden mundial, agitó un Corán con la mano derecha.