Un plan fiscal catastrófico, críticas internas y de la oposición y caída en las encuestas: las causas de la dimisión de Truss

La primera ministra británica anuncia su dimisión tras semanas de inestabilidad económica y graves errores políticos

Liz Truss dimite como primera ministra del Reino Unido tras solo 45 días en el cargo

Así es Liz Truss, la ya ex primera ministra británica que ha agravado la crisis política del Reino Unido

El exministro de Finanzas Kwarteng y la ex primera ministra Truss AFP

J. Monjardín

Tras un insoportable ruido de sables que no ha parado de crecer en los últimos días, la ex primera ministra británica Liz Truss ha anunciado este jueves su dimisión. Se trata de una salida dolorosa para la ambiciosa política conservadora, pero casi inevitable después de ... un mes y medio de inestabilidad, entre la muerte de la Reina Isabel II y el ascenso al trono de su hijo, el Rey Carlos III. Se cierra así un nuevo capítulo de la crisis política de grandes dimensiones que golpea al Reino Unido desde la marcha de David Cameron y el proceso del Brexit.

Con un aumento de presión interna y duras críticas de la oposición, la salida de Truss llevaba varios días anunciada. Su marcha tiene varias causas, pero la principal es el fracaso y caos desatado por su paquete fiscal, la aplicación de una gran bajada de impuestos que había sido criticada por su contrincante y perdedor en las primarias conservadoras, Rishi Sunak. Sacado adelante por iniciativa de la ex primera ministra y de su exministro de Finanzas Kwasi Kwarteng, la iniciativa le costó el puesto a este último, un viejo aliado y amigo de Truss que fue cesado para intentar salvar al Gobierno.

Una caída anunciada

El intento fue en vano. Desde la salida de Kwarteng, su sustitución por el experimentado Jeremy Hunt y la marcha atrás en los planes de reducción de impuestos -por ejemplo, mantuvo el de sociedades en el 25 por ciento establecido durante el Gobierno de Johnson, renunciando a la prometida bajada al 19 por ciento-, Truss se convirtió en foco de duras críticas internas y recibió el golpe casi imposible de esquivar de los malos resultados en las encuestas.

Cuestionada dentro y fuera, viendo cómo su gran propuesta económica desencadenaba una preocupante inestabilidad, la primera ministra llevaba días entre la espada y la pared. La caída de la libra y la subida de la prima de riesgo provocada por su plan fiscal, unido a la intervención del Banco de Inglaterra para tratar de evitar el agravamiento de la situación, provocó el escepticismo de una sociedad agotada por la inflación y la crisis energética que se anuncia por la guerra en Ucrania.

Truss recibió ayer el golpe definitivo, cuando escuchó los reproches de los diputados en la Cámara de los Comunes y poco después, por la tarde, tuvo que hacer frente a la dimisión de su ministra del Interior, cuya salida anticipaba la crisis política que Truss no ha sido capaz de capear y que hoy le ha costado abandonar Downing Street. El nombre del próximo primer ministro británico se conocerá la semana que viene.

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