El gobierno de Truss anuncia una masiva bajada de impuestos para incentivar la economía

Por un lado, el Gobierno ha revertido el incremento de 1,25 puntos porcentuales de las cotizaciones sociales a la Seguridad Social del país que aprobó el año pasado. Esto supondrá de forma efectiva una rebaja de impuestos de 15.250 millones de libras (17.266 millones de euros) para los trabajadores.

La otra gran medida que reducirá los ingresos de las arcas públicas británicas es la cancelación del incremento del impuesto sobre sociedades del país, que iba a subir al 25% desde abril de 2023. En su lugar, se mantendrá en el 19% actual. Esto supondrá una disminución de ingresos en un horizonte a cinco años de 18.710 millones (21.182 millones de euros).

Una vez finalizadas las exequias de la reina Isabel II, el Reino Unido ha vuelto a la realidad de la crisis económica y energética que amenaza con un invierno difícil para la población. Así, una vez que el país ha salido de la parálisis en la que estuvo desde que la monarca falleciera el pasado 8 de septiembre y de que el duelo nacional acabara, el gobierno de la primera ministra Liz Truss ha salido a la palestra para anunciar una masiva bajada de impuestos para incentivar la economía.

"El crecimiento económico no es un término académico sin conexión con el mundo real. Significa más trabajos, salarios más altos y más dinero para financiar servicios públicos, como escuelas y el NHS (el sistema nacional de salud)". Así lo cree el ministro británico de Finanzas, Kwasi Kwarteng, que este viernes declaró que aunque todo "esto no sucederá de la noche a la mañana, los recortes de impuestos y las reformas anunciadas hoy, el paquete más grande en generaciones, envían una señal clara de que el crecimiento es nuestra prioridad".

El gobierno cumple así con las promesas que hizo la primera ministra, Liz Truss, durante la campaña por el liderazgo conservador y que fueron muy criticadas por su oponente, Rishi Sunak, que fuera ministro de Finanzas durante el mandato de Boris Johnson. Entre las medidas anunciadas en el plan, que alcanzará los 44.795 millones de libras (50.970 millones de euros) para el ejercicio 2026-2027, están la reducción del impuesto sobre la renta a partir de abril de 2023, el recorte de la tasa sobre la compra de viviendas en Inglaterra e Irlanda del Norte y la eliminación del incremento del 19% al 25% que estaba previsto en el impuesto de sociedades a partir de abril del próximo año. "Esto simplificará el sistema fiscal y hará que el Reino Unido sea más competitivo", afirmó Kwarteng durante una intervención en la Cámara de los Comunes en la que detalló el plan de recortes fiscales que en el país se conoce ya como el "mini-budget" ("minipresupuesto").

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Para el ministro, el "ciclo de estancamiento" en el crecimiento económico "ha llevado a que se prevea que la carga fiscal llegue a los niveles más altos desde finales de 1940", pero el Ejecutivo "está decidido a romper ese ciclo" con un "nuevo planteamiento para una nueva era centrada en el crecimiento".

Una las decisiones más polémicas es la de eliminar el límite a los bonus de los banqueros, que estaba fijado en el doble del salario básico. "Todo lo que hizo el tope de las primas fue elevar el salario básico de los banqueros o impulsar la actividad fuera de Europa", justificó el ministro, que dijo que "nunca limitó las remuneraciones totales". Por eso, "vamos a deshacernos de él", ha afirmado. "Una sólida economía británica siempre ha dependido de un fuerte sector de servicios financieros. Necesitamos bancos globales para crear empleo aquí, invertir aquí, y pagar impuestos en Londres, no en Fráncfort, no en Nueva York", ha apuntado.

Kwarteng también ha anunciado que la tasa máxima del impuesto sobre la renta, la 'tasa adicional' del 45% para las personas que ganan más de 150.000 libras esterlinas al año, se abolirá por completo a partir de abril de 2023 y se reemplazará por una tasa única tope del 40%. Ya hace unos días, la primera ministra reconoció en una entrevista que las medidas fiscales que estaba a punto de anunciar la harían "impopular" y que, en principio, beneficiarán primero a los más ricos, pero "lo importante para mí es que impulsemos la economía, porque eso es lo que en último término nos permitirá tener salarios más altos y traerá más inversiones a pueblos y ciudades de todo el país", aseguró la líder tory, que está en contra de la imposición de "impuestos arbitrarios" sobre las compañías eléctricas o de mantener un elevado gravamen de sociedades.

Las medidas han provocado reacciones encontradas. Si bien los conservadores y algunos analistas han aplaudido el plan, también hay voces críticas. Fran Boait, director ejecutivo de Positive Money, que hace campaña por un sistema financiero justo, ha denunciado que en lugar de ser un plan para atajar "el coste de la vida" es "un presupuesto para los banqueros". Aunque hay matices: según la consultora PwC, la supresión del límite de los bonus "ofrecerá a los bancos una mayor flexibilidad para competir con sus competidores extranjeros, pero también puede acarrear problemas de reputación". Por su parte, UK Finance, que representa a los bancos, consideró que "se necesitan más cambios fiscales y una ambiciosa reforma regulatoria para capitalizar este audaz primer paso".