Una treintena de estudiantes se concentró este miércoles en Asunción para reclamar justicia para Fernando Báez Sosa, un joven estudiante de 18 años e hijo de inmigrantes paraguayos por cuya muerte en 2020 están acusados ante la justicia argentina ocho jugadores de rugby.
Con globos blancos, velas y carteles con fotografías de Báez Sosa, los manifestantes, en su mayoría estudiantes de derecho, se congregaron a las puertas de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) para enviar un mensaje de solidaridad a los padres del joven.
«Gracias Fernando por habernos dado alegría durante 18 años. No queremos venganza, sino justicia», expresó Graciela Sosa, madre del joven asesinado a golpes hace tres años en la puerta de la discoteca "Le Brique'. «No queremos venganza, queremos justicia para Fernando», ha insistido.
La concentración tuvo lugar cuando se cumplen tres años del ataque a golpes, ocurrido en la madrugada del 18 de enero de 2020, que segó la vida del joven, en un hecho que causó honda conmoción en Argentina.
«Nos llena de orgullo y de emoción que el pueblo paraguayo se haya manifestado de esa forma con lo sucedido con Fernando», dijo a EFE Nancy Sosa, prima del joven, quien se sumó a la manifestación en compañía de su hermana Mercedes.
Sosa aseguró que estos últimos tres años «fueron bastante duros» e «intensos» para la familia.
Por su parte, Carolina Bejarano, una de las estudiantes asistentes a la manifestación, aseguró a periodistas que están pidiendo «justicia y una condena que sea ejemplar» para los responsables.
'Los ocho', acusados de homicidio
El pasado 2 de enero, la Justicia de la localidad bonaerense de Dolores inició el juicio contra Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, que tienen entre 21 y 23 años y son jugadores de rugby.
Los ocho están acusados de homicidio doblemente agravado por alevosía y participación de dos o más personas, cargos que podrían derivar en una pena a cadena perpetua.
Báez Sosa murió tras recibir una paliza a la salida de una discoteca en Villa Gesell, localidad ubicada a unos 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, muy frecuentada en el verano austral por adolescentes y jóvenes.
Miles de personas se han movilizado para repudiar ese hecho e incluso el papa Francisco llamó a la familia del joven para interesarse por su situación.
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