Penuria de municiones
PEDRO PITARCH - EL ANÁLISIS TÁCTICO DEL GENERAL (R) PITARCH (14/03/2023)
Todo ello, curiosamente, destapa un «efecto colateral» imprevisto en el «apoyo» a guerras de alta intensidad: dar armas es insuficiente
Sin tregua ni cuartel
Prosiguen los combates en la línea de contacto, principalmente en las zonas de Kupiansk, Bajmut, Gorlovka, Pisky y Vuhledar. En muchos casos, se dan algunos avances rusos que logran pequeñas ganancias territoriales, siendo Bajmut el objetivo principal del impulso ofensivo ruso y, consecuentemente, ... del defensivo ucraniano. Se combate en el interior de la ya arrasada ciudad, donde los defensores, aprovechando el obstáculo natural que supone el río Bajmutka (que divide en dos la ciudad), frenan eficazmente las embestidas de las tropas rusas. Éstas, tanto por el norte como por el sur de la ciudad tienen que asaltar a unos denodados defensores abroquelados en un complicado laberinto de parapetos, búnkeres, trincheras, obstáculos y campos/masas de minas.
Por ello, el cerco de la ciudad, aunque continúa cerrándose con un pequeño avance ruso por la M03 en dirección a Sloviansk, no resulta fácil completarlo. Sigue abierta una entrada/salida al oeste de la ciudad que no se cerrará físicamente hasta que las tropas rusas (Wagner principalmente) no alcancen físicamente Chasiv Yar (10 km al oeste de Bajmut).
Se percibe, no obstante, en ambos bandos, un incierto descenso de la actividad combativa. Fenómeno que puede atribuirse al problema de escasez de municiones. Por ejemplo, el líder de Wagner se queja del Ministerio de Defensa ruso por tal penuria, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Kuleba, ha reconocido que «el problema nº1 para Ucrania es la escasez de municiones» (aprovechando, de paso, para acusar a Alemania de cicatería en la provisión de municiones).
Las grandes potencias se rearman y se preparan para la guerra
Los Estados de la OTAN en Europa aumentaron sus importaciones de armas en un 65% en comparación con los cinco años anteriores
Todo ello, curiosamente, destapa un «efecto colateral» imprevisto en el «apoyo» a guerras de alta intensidad: dar armas es insuficiente; hay que proporcionar sistemas en una triada: armas, logística (principalmente municionamiento) y entrenamiento (de combatientes). Todo ello lleva a concluir que, ahora, se precisan grandes inversiones para la adquisición, la investigación, el desarrollo y la producción, a gran escala, de municiones. Lo que delata como insuficiente, en los aliados de la OTAN, el objetivo del 2% del PIB de gasto de defensa. Algo que, ya desde el siglo IV, objetaba el romano Publio Flavio Vegecio: «Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum». Pues eso.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete