Obama confirma progresos en Afganistán y la retirada a partir de julio

Al cumplirse un año de la decisión de enviar 30.000 tropas adicionales , el análisis divulgado por el gobierno de Estados Unidos considera que las fuerzas aliadas han logrado avances tangibles contra el eje que forman los talibanes y Al Qaida. Según se afirma en el resumen no secreto de esa revisión de la guerra en Afganistán, "el ímpetu logrado por los talibanes en los últimos años ha sido detenido en la mayor parte del país y revertido en algunas zonas claves, aunque estos avances permanecen frágiles y no son permanentes".

Además el documento oficial insiste en que la cúpula de Al Qaida en Pakistán se encuentra en su momento más débil y bajo mayor acoso desde su forzada salida de territorio afgano en el 2001. Aunque todavía retiene su capacidad para organizar ofensivas terroristas. En este sentido, y con menos críticas que en ocasiones anteriores, se confirma la necesidad absoluta de que los insurgentes afganos y terroristas no encuentren santuario dentro del vecino territorio de Pakistán. Hasta el punto de calificarse a Pakistán como elemento clave para cualquier eventual victoria en Afganistán.

La revisión de la Administración Obama sobre Afganistán se produce al termino de un año en el que se ha registrado el mayor número de víctimas civiles y militares dentro de los redoblados esfuerzos por hacer frente a los talibanes, con un total de 50.000 tropas de la OTAN y 100.000 efectivos del Pentágono. Todo este coste disparado tanto en vidas como en dinero público -con un gastos estimado en más de 100.000 millones de dólares anuales- no deja de generar cada vez mayor escepticismo y rechazo tanto en el Congreso de Estados Unidos como en la opinión pública americana.

El diagnóstico moderadamente optimista de la Administración Obama contrasta con los últimos informes elaborados por los servicios secretos de Estados Unidos. De acuerdo a filtraciones publicadas esta semana por " The New York Times ", el espionaje americano considera que existe una muy limitada oportunidad de éxito en Afganistán a menos que Pakistán plante cara efectivamente a los insurgentes que operan en la zona fronteriza. Esfuerzos militares subvencionados por Estados Unidos, pero también complicados por las gravísimas inundaciones sufridas este año por Pakistán.

Según los informes de inteligencia remitidos la semana pasada a algunos miembros del Congreso, los insurgentes afganos mantienen la capacidad de reagruparse y equiparse en Pakistán . Lo que les permite entrar y salir de Afganistán donde siguen realizando ataques terroristas y emboscadas contra las tropas aliadas. Otros análisis militares indican que el esfuerzo realizado a lo largo de este año en el sur de Afganistán, el corazón de la insurgencia, ha supuesto un apreciable retroceso en zonas del norte y del este, donde los talibanes y otros grupos armados han aprovechado para retar al gobierno de Kabul.