Cinco nombres para el futuro del peronismo

El ex presidente (2002-2003) que le entregó a Néstor Kirchner el testigo del poder, en mayo de 2003, se perfila como potencial reorganizador del movimiento peronista. En rigor, Eduardo Duhalde lleva tiempo dedicado a esa misión. El sector rebelde del Partido Justicialista (PJ), nombre o “sello” oficial de los herederos ideológicos de Juan Domingo Perón, intentaba antes de la muerte de Kirchner unirse en un bloque opositor para las elecciones del próximo año. Duhalde buscaba -y busca- un candidato de consenso que pudiera vencer en las urnas al difunto bajo otras siglas. Es probable que ahora el proyecto se desarrolle dentro del PJ y no fuera del partido.

El ex gobernador de Buenos Aires saltó de las filas kirchneristas a la cola de candidatos peronistas que se apuntaron a la carrera electoral contra el ex presidente . Presume de controlar buena parte de la provincia que reúne un tercio del caudal de votos de todo el padrón. Ha probado con diversas alianzas y está moderadamente bien visto dentro y fuera del peronismo. Como buena parte de los políticos peronistas con presencia actual, fue funcionario de Carlos Saúl Menem . Con aquel ex presidente terminó en buenos modos. Con Kirchner fue otra cosa.

Es el candidato que despierta mayor unidad . Ex gobernador de la provincia de Santa Fe, una de las tres más importantes con Buenos Aires y Córdoba, es aclamado para la Presidencia desde que se produjo el crack argentino de 2001. El propio Duhalde le ofreció en dos ocasiones su apoyo para que le sucediera en la Casa Rosada. Reutemann rechazó la oferta. Este año advirtió una y mil veces que únicamente anunciaría su candidatura cuando quedaran pocos meses para las elecciones. Lo estaba cumpliendo y, si bien es difícil que cambie su parecer, el nuevo escenario podría ponerlo primero en la parrilla de salida. No en vano fue piloto de Fórmula 1...

Gobernador de Buenos Aires y ex vicepresidente de Néstor Kirchner, sufrió todo tipo de humillaciones de él y de la actual presidenta. Un desliz en una declaración donde reconocía que las tarifas de los servicios públicos deberían actualizarse tras varios años de estar congeladas le valió el aislamiento total del matrimonio Kirchner durante días. Impermeable al maltrato , Scioli recuperó poco a poco la sintonía con “los jefes”. Terminó como Gobernador de la provincia donde se mantiene no sin pocos contratiempos. Soldado disciplinado, se presentó como candidato a diputado –a sabiendas de que jamás abandonaría la Gobernación- en las legislativas del pasado año a petición de Kirchner. Sin estridencias, despacito, este ex corredor de moto náutica no molesta a nadie. Podría ser el elegido.

Diputado multimillonario , trabaja desde el terreno su futuro político. Pertenece a esa orilla peronista que está más cerca de los conservadores que de una izquierda del siglo pasado. Venció con holgura al propio Kirchner –también era diputado- en la provincia de Buenos Aires el pasado año. Tiene una fundación y recorre cotidianamente los enclaves más necesitados de la periferia. Su problema es de cuna: nació en Colombia y la Constitución argentina prohíbe a los no nacidos en territorio nacional ser presidentes. Ponerse al frente del PJ es una de sus múltiples ambiciones.